Wilfredo Salgado a paso firme a la reelección


Datos curiosos de elecciones pasadas

El Candidato por el PDC, Ing. Napoleón Duarte, es elegido presidente de la República con el 53.6% de los votos a escala nacional, a pesar de haber ganado tan solo en cuatro de los 14 departamentos del país.
Un voto fue el que sirvió para darle el triunfo al PDC sobre ARENA en el municipio de Suchitoto, Cuscatlán, durante las elecciones municipales de 1985. El conteo final le dio 705 votos al PDC y 704 a ARENA.
Once municipios del país eligieron alcalde con el 100% de votos válidos durante las elecciones municipales de 1985. Uno de esos municipios fue Chirilagua, en San Miguel, en donde el PDC recibió el total de 2,730 votos.
En las votaciones para diputados celebradas en 1985 en el municipio de Nueva Guadalupe, San Miguel, el PDC obtuvo el 1,197 votos, con lo que se agenció el 93% del total de votos válidos, seguido de la coalición ARENA-PCN, que obtuvo 74 votos ( 5.7%).
Únicamente 32 votos se registraron en el municipio de San Isidro Labrador de Chalatenango durante las elecciones legislativas de 1985.
El alcalde migueleño va con paso seguro a revalidar su mandato en la comuna: casi dobla en intención de voto a todos sus contrincantes. El mismo camino, aunque con menos fuerza, lleva su hermana, diputada por San Miguel y aspirante al cargo.

Escrito por Edwin Segura

El alcalde de San Miguel, Wilfredo Salgado, encabeza cómodamente las preferencias electorales en su municipio, según la encuesta más reciente de LPG Datos, la unidad de investigación social de LA PRENSA GRÁFICA.

Para este estudio, elaborado entre 8 y 9 de noviembre, fueron entrevistadas 600 personas: el 23.3% en caseríos y cantones y el 76.7% en barrios y colonias urbanas. El margen de error es de 4.1 y el nivel de confianza, 95%.

A los entrevistados se les preguntó: Si las elecciones para alcalde se realizaran el próximo domingo, ¿por cuál partido político votaría? El 40.3% respondió que por el PDC; el 14%, el FMLN; el 5.2%, ARENA; y el 4.3%, el PCN. El resto de ciudadanos no reveló por quién votaría o no lo hará.

Salgado gobierna San Miguel desde 2000, y desde entonces ha ganado cómodamente dos campañas de reelección, al punto que en 2006 obtuvo casi el doble de votos que todos sus contrincantes.

La elección municipal está a dos meses de distancia, pero la suerte parece estar echada, porque Salgado es un candidato muy fuerte en casi todos los aspectos relevantes que fueron analizados en el estudio.

En primer lugar, el alcalde migueleño es un fenómeno político porque no necesita el apoyo de un partido o una base ideológica para convencer a los ciudadanos de que voten por él. La primera evidencia incontrovertible de lo anterior es que ha sido jefe municipal con tres partidos diferentes.

En este sentido, es notable que el PCN se mantuvo como la primera fuerza política de San Miguel, solo el tiempo que Salgado estuvo en sus filas. Este partido ha caído ahora al cuarto lugar.

El PDC, en cambio, ha subido en simpatía, aunque solo en la contienda municipal. Ante la pregunta: Si las elecciones para diputados se realizaran el próximo domingo, ¿por cuál partido político votaría? El 28.7% dice que por el FMLN; mientras que el PDC cae al segundo lugar con el 15%; ARENA aparece tercero con el 9.7%.

Ante la pregunta: Si las elecciones para presidente se realizaran el próximo domingo, ¿por cuál partido político votaría? El 42.5% dijo que por el FMLN; el 19.2%, ARENA; y solo el 2.2% señala al PDC.

Estos datos ilustran con bastante nitidez que el PDC no tiene un capital político propio, sino que es arrastrado por la figura de Wilfredo Salgado. Entonces, ¿por qué el PDC sí consigue una buena tajada de la intención de voto legislativo? Hay que tomar en cuenta que Sandra Salgado de Campos, hermana del alcalde, aspira a un nuevo período en la Asamblea Legislativa en este departamento.

Hay un detalle estadístico importante, y es que el municipio de San Miguel acumula casi la mitad de los votantes de todo el departamento.

¿Qué caminos hay para los contrincantes de Salgado? El alcalde casi no tiene fisuras. Es una figura muy apreciada, y su trabajo sigue con una altísima aprobación. Aún así tiene un flanco débil: las promesas de campañas anteriores que no ha cumplido, como la construcción del rastro y el orden de la ciudad.

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