Según el documento de los especialistas, El Salvador ya muestra los primeros síntomas de la crisis internacional en varias áreas.
Los efectos de la crisis llegarían “con retraso, pero con gran fuerza” en el segundo semestre del año. Fitch espera que el PIB se estanque o reduzca en 2009.
Otra evidencia de la crisis es la reducción en los ingresos tributarios del Gobierno. Además los ingresos y las donaciones del SPNF bajaron 8.6%.
El informe agrega que ha habido problemas fiscales para refinanciar los vencimientos de unos $400 millones de deuda de corto plazo.
La necesidad de coincidir en un diagnóstico sobre la crisis, de identificar los recursos financieros que se tienen para enfrentarla y la priorización de medidas que permitan atender la crisis económica y a los sectores más vulnerables que sufrirán su impacto son los primeros retos que deberá enfrentar el gobierno electo de Mauricio Funes. Un reto que implicará “obligadamente” la urgencia de un diálogo y acuerdo fiscal con la oposición y todos los actores de la sociedad.
Ese es el principal llamado que hacen cinco especialistas –Guillermo López Suárez, Carlos Acevedo, Luis Membreño, Manuel Sevilla y Roberto Rubio— al FMLN y a ARENA en el documento “El Salvador necesita diálogo y entendimientos fiscales”, y que ya fue discutido con los equipos de trabajo de los dos partidos antes de las elecciones.
Pero pasada la elección, ahora, los analistas le ponen a la disposición mostrada en esos encuentros por los partidos la necesidad de inyectarle acción y rapidez a la tarea. “Urge el diálogo para ir encontrando un tipo de acuerdo para enfrentar la crisis, pero un tramo importante de este proceso es comenzar sincerando las cifras y tratando de ver cuál es la dimensión del problema y sus posibles impactos”, afirma de entrada Rubio, director de la Fundación Nacional para el Desarrollo (FUNDE) y autor del documento.
“No pretendemos tener el monopolio del tema, pero cuando se vio la polarización y que la situación fiscal no eran tan bonancible se decidió hacer este esfuerzo”, explica, por su parte, Membreño, que insiste en que este diálogo que proponen implicará no solo una concertación entre ARENA y el FMLN, sino la participación de entidades como la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (FUSADES), FUNDE, de organismos multilaterales y del sector empresarial. “Es uno de los elementos que le puede dar gobernabilidad a Mauricio Funes”, agrega Membreño, para quien las cifras de enero ya presentan un “deterioro de la situación”, que podría crecer más al ver las de febrero y marzo.
Sin embargo, aun con el diálogo, el primer reto es coincidir en un diagnóstico. “Ese debe ser el punto de partida del diálogo para llegar a acuerdos fiscales, porque no se puede llegar a acuerdos si se tiene un Gobierno que ha manejado un discurso optimista cuando las cifras dicen lo contrario”, agrega Carlos Acevedo, otro de los autores del informe.
El diagnóstico presentado en el documento no es alentador, reconocen tres de sus autores. En él se plantea que El Salvador llega a este momento con el riesgo de ver caer el crecimiento de su economía en 4% este año, inicia con un retroceso en la carga tributaria y una disminución del pago de tributos, en el envío de remesas y de la actividad productiva, así como en el consumo privado. Y como primer consecuencia, enero, que tradicionalmente es un mes con superávit fiscal, ya registra un déficit en sus cuentas de $72 millones (0.3% del PIB).
“Hemos obtenido cifras que nos permiten dar un mapa que es duro, y las perspectivas de que no si no se hace algo puede empeorar”, advierte Rubio.
Rubio y Membreño coinciden al menos en cinco temas a definir en este diálogo: medidas para compensar la caída de la recaudación tributaria, mejor uso adecuado de los recursos, modificaciones al presupuesto para agilizar su aplicación, medidas para estimular la inversión y planes para proteger el empleo existente. “Se necesita una política anticíclica para evitar una crisis social con un desempleo muy alto”, agrega Membreño.
Pero la mayor fortaleza descrita en el documento es el área financiera, y en eso ennumeran los recursos existentes para inversión con la firma de los últimos créditos con el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el acuerdo stand-by con el Fondo Monetario Internacional (FMI), pero insisten en que el pago de $400 millones de LETES y de subsidios sigue representando un problema de caja.
Por eso, Acevedo, insiste en que una de las primeras medidas debe ser la reducción de algunos subsidios “porque si no se desmantelan ya subsidios, eso drenará recursos”, afirma, aunque reconoce que esto implicará “un costo político” para el nuevo Gobierno, sobre todo porque conlleva tocar el bolsillo de la clase media, el sector que se considera le dio sus votos al FMLN este domingo.
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