ARENA eligió candidato, el reto es difícil

Rodrigo tiene un reto formidable, ganarle al FMLN que nunca ha estado tan fuerte, derrotar a Funes en ganar la ilusión de esos 700,000 indecisos. Su popularidad y carisma le ayudarán, pero no son suficientes.

Rafael Castellanos/Columnista de LA PRENSA GRÁFICA
rcastellanos@laprensa.com.sv

En un proceso con turbulencia en su interior y en los sectores afines de derecha, prevaleció la tendencia principal, sin dificultades y sin sorpresas: Rodrigo Avila se alzó con la nominación.

El proceso de primarias en ARENA fue un buen inicio de algo deseable para la democracia, pero deja lecciones que aprender, entre ellas que las expectativas causan aprehensiones y que los procesos mal manejados, dejan heridas que pueden ser difíciles de sanar.

Rodrigo tiene una tarea formidable por delante, ganarle a un FMLN que nunca había estado tan fuerte como ahora.

La primera tarea que tiene que hacer es unir a su partido y a la derecha afín, borrar los resentimientos que pueden haber quedado y lograr que el partido, que se ha caracterizado por ser una maquinaria electoral muy eficiente, funcione.

Esa probablemente no sea tan complicada; ante la alternativa del FMLN, la derecha pragmáticamente se juntará, la unificación no será difícil. Los discursos de los ex candidatos que quedaron fuera, aun quienes tuvieran motivos importantes para resentir, fueron conciliadores en su discurso de aceptación.

La segunda tarea es mucho más complicada. Tiene que seducir al grupo que decidirá la elección, unos 700,000 “swingers”, algunos que ya decidieron que desean un cambio en el mando del país y muchos otros, que aún no saben qué decisión tomarán. Queda un año de campaña. Ese grupo es exactamente el mismo grupo objetivo a que el FMLN está dirigiendo su campaña, iniciando por escoger a Mauricio Funes como candidato y continuando con un discurso moderado, alejado de los temas a los que ese grupo le ha temido y por lo que les ha negado su voto en el pasado. La ayuda del miedo esta vez no será la que hubo cuando Shafick vociferaba y altos dirigentes del partido se declaraban antisistema. Aunque el Frente aún no define claramente su propuesta, los intentos de Funes hacia la moderación frente a los indecisos contrastan con mucha frecuencia con las declaraciones de la comisión política, que es la que manda.

Aparentemente, la capacidad económica del Frente en esta campaña será ilimitada. Y aunque falta mucho tiempo de campaña, llevan algunos meses de adelanto, no hubo divisiones internas a la hora en que Funes fue impuesto, aparentemente funcionan como un solo equipo y se sienten triunfalistas. Funes dijo recientemente: “Si Rodrigo Ávila es mi contrincante, ya llevo 30 puntos de ventaja”.

Para complicar la ecuación, la situación económica será difícil este año, la crisis de la economía de los Estados Unidos y la subida de los precios mundiales, el petróleo ya tocó $111 el barril, tendrá un impacto en nuestra economía y los más afectados son generalmente las clases medias urbanas, en las que está la mayoría de esos indecisos.

Para vencer ante ese panorama complicado, Rodrigo tendrá que desplegar una habilidad de convencimiento, mejorar su oratoria y vencer a Funes y al FMLN inspirando más confianza. Aquí le puede ser muy útil la popularidad ganada al frente de la PNC.

Ana Vilma merece reconocimiento especial por su coraje al enfrentarse a la maquinaria oficial, de frente y llegar hasta el final. Su inteligencia y calidad humana enriquecieron el proceso y puso en aprietos a la dirigencia. Su elegancia ante la adversidad es un ejemplo, siempre sonriente, aunque desde el principio se rumoró que no tenía ninguna posibilidad.

El proceso también nos dio a conocer a una gran promesa, Luis Mario Rodríguez, que mostró una inteligencia superior, gran capacidad de análisis, un pensamiento muy estructurado, alta capacidad de debatir, una linda historia que contar y fuerte fibra moral. Un hallazgo refrescante.

Las elecciones de 2009 son las más importantes que enfrenta la derecha, cuatro períodos de desgaste, una izquierda ávida de triunfo, que aún no muestra que de llegar al poder haría diferente de lo que ha venido predicando 30 años. En esta se la juega no solo Rodrigo. El presidente Saca pasará bien o mal a la historia dependiendo si le pone la banda presidencial a un tricolor o a un candidato rojo.

Los días que vienen y las primeras movidas estratégicas de Rodrigo orientarán el rumbo que tomará la mencionada continuidad del grupo que lo llevó, si ARENA mejora notablemente la calidad de los diputados que llevará a la elección y las propuestas de políticas sociales y económicas que irá develando.

Su carisma, popularidad y simpatía le ayudarán, pero no serán suficientes, debe ganarle a Funes en la ilusión que despierte en el grupo indeciso.

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