La reunión con el vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, en San José, dejó lo que esperaba: promesas y ningún resultado, aunque su presencia, sumada a las visitas de Shannon y Obama a la región en un plazo corto, es más de lo que se esperaba para la escasa importancia que se predecía que la administración Obama le daría a la región, a juzgar por su equipo de latinoamericanistas y la tradicional apatía, el poco respeto y proteccionismo de los demócratas frente a América Latina.

El súbito interés en la región, en momentos en que los Estados Unidos tiene problemas gravísimos que resolver, la cataclísmica crisis económica mundial y una situación geopolítica muy compleja, se debe a la preocupación por el avance del narcotráfico en el sur, que ya es una amenaza para su seguridad nacional. ¡Bingo! Descubrieron que el nuevo enemigo tocando la puerta ya no es el comunismo, es el narcotráfico, que está a punto de convertir a México en un Estado fallido y, si lo descuidan, a Centroamérica uniendo a Colombia y Venezuela.

El narcotráfico ha infiltrado las estructuras del Estado, Ejército y Policía en México y Guatemala, y va avanzado en Honduras. Aunque Nicaragua está alineada con Chávez, no hay síntomas serios de droga aún, aunque el peligro puede verse.

La base de vigilancia de tráfico de drogas en Comalapa es un arma muy valiosa para Estados Unidos y quieren conservarla. Nosotros también, es en nuestro interés, pues algo de la aún débil presencia del narcotráfico en el país se debe a ella.

Volviendo a Biden, qué decepción. En vez de ofrecer, pidió: paciencia, tolerancia, que la crisis está complicada (lo sabemos), que no impondrían su agenda, sino serían relaciones respetuosas (eso está bien, veamos que lo cumplan).

No se esperaba nada más. Refleja la política demócrata un tanto miope respecto a la región. ¿Quieren ayuda en el Plan Mérida y el siguiente que diseñen para combatir el narcotráfico? Está bien, también es en nuestro interés.

Pero en estos países con gran necesidad, es más fácil tener buenos resultados si tienen una situación económica menos caótica devorándolos. Ojo, Chávez utiliza la chequera más libre y oportunistamente.

La ayuda es poca, unos cuantos billones de dólares para fortalecer a las multilaterales que presten a la zona; muy poco comparado con los trillones usados para salvar instituciones mal manejadas, flexibilidad con las políticas antiinmigrantes, ya que con el desempleo en EUA puede ser difícil ablandar leyes y pasar TPS. Pero se puede desactivar la cacería de inmigrantes, necesitamos desesperadamente esas remesas. Además, los empleos de los inmigrantes no los toman los estadounidenses. Es conveniente para la economía de ellos mismos.

Aunque la solución real es legalizar el consumo y venta de la droga en EUA, porque desaparece la gigantesca cantidad de dinero que compra personas, instituciones y países, no habría necesidad de planes Mérida y otros, ni peligro de estados fallidos por narcotráfico. Mientras tanto, señor Biden, la mejor forma mostrar respeto y pedir ayuda es dar a cambio inteligentemente lo poco que la región pide y necesita para alinearse con ustedes en la lucha.