Duro Amanecer

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Desde hace más de un año he venido insistiendo en que la economía se iba a deteriorar fuertemente dado el impacto de la crisis internacional y los errores en materia fiscal del gobierno del presidente Saca. En los últimos seis meses hemos alertado que la economía se estaba desacelerando y que era imposible seguir con el mismo nivel de gasto que había traído el Gobierno, especialmente con los subsidios.

En la columna del 2 de marzo comentábamos que los datos de enero mostraban un deterioro en casi todas las variables económicas y que había que prestarle atención rápidamente a la economía. Decíamos que el excesivo énfasis en las elecciones había hecho que no se tomara conciencia de la recesión en la que estaba cayendo la economía, el creciente desempleo y la pérdida de ingresos de una importante parte de la población y del gobierno mismo.

Ahora que se han publicado las cifras de febrero nos queda claro que la situación económica se ha deteriorado aún más, que la recaudación de impuestos ha seguido cayendo a un ritmo de -12%, las exportaciones han caído -12%, que las importaciones caen -26%, que las remesas familiares caen a -8.1% en promedio en los primeros dos meses del año y que el déficit fiscal ha superado los $ 100 millones a febrero de 2009.

Ante este deterioro tan acelerado de la economía salvadoreña y de la recesión que vivimos, es necesario que el gobierno del presidente Saca sea muy sincero y presente con claridad tres escenarios económicos al país: el optimista, el pesimista y el más probable. Hasta la fecha se han escondido los datos reales y todo nos parece indicar que las cifras son peores de lo publicado. Pero es un deber moral del ministro de Hacienda ser absolutamente sincero con el país y explicar cuál es la situación real y las perspectivas para el resto del año.

Luego de una serie de simulaciones en base a datos oficiales y a conversaciones informales con gente conocedora del tema, me queda claro que el déficit fiscal para este año va a ser superior al del año pasado, que la economía probablemente crecerá menos que cero y que existe una probabilidad importante que la inflación sea menor que cero.

Ante este panorama que recibirá el próximo gobierno, es importante tomar acciones rápidamente y definir un plan anticrisis que contenga como elementos mínimos los siguientes: Un plan de ahorro en gasto corriente para reorientar el gasto público; eliminación del subsidio al transporte público y focalización de los subsidios a la electricidad, al gas propano y al agua; ejecución de un plan social integral para ayudar a los grupos más vulnerables de la población a sobrevivir la crisis; ejecución de la obra pública presupuestada para generar empleo; desentrampar el crédito a través de una acción conjunta entre la banca y el Gobierno, incluyendo la Superintendencia del Sistema Financiero; tomar medidas para lograr la flexibilidad laboral y de esa manera evitar un mayor desempleo; obtener financiamiento y recursos concesionales de parte de organismos multilaterales y gobiernos amigos.

Los retos del futuro son grandes al igual que las oportunidades, pero si procedemos con un plan bien definido y nos movemos rápidamente a escala internacional y nacional podemos salir bastante mejor librados y estar en buena posición para enfrentar el futuro con optimismo.

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