Se las arreglan solos en D.C.
Mauricio Funes y su comitiva se movieron en las reuniones de primavera del BM y el FMI por su cuenta, a pesar de acudir en misión oficial.
“A través del diputado Hugo Martínez nos comunicamos con cancillería para decirles que veníamos (a Washington, D.C.) en visita de trabajo y únicamente lo que recibimos fue un ofrecimiento de vehículos para movilizarnos en Washington, algo que ya teníamos solventado”, explicó el presidente electo.
Funes señaló que no recibió ningún ofrecimiento de apoyo en las gestiones que realizó en su primera visita a la capital de EUA como presidente electo.
“Ni lo solicitamos ni hemos recibido ningún ofrecimiento de acompañamiento. Es una decisión discrecional del actual embajador o la cancillería”, dijo el presidente.
El presidente electo, Mauricio Funes, dijo ayer ante las autoridades del Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) que no piensa revertir la dolarización en El Salvador, pero que las restricciones que impone hacen más necesario que nunca un nuevo pacto fiscal.
“Somos un país dolarizado y en esa medida se reduce nuestro margen para echar a andar medidas contracíclicas. Con esto no estoy planteando que vamos a desdolarizar el país, sino utilizar de mejor manera los instrumentos que tenemos y uno de ellos es la política fiscal”, dijo.
Funes, que se encontró, entre otros, con la vicepresidenta del BM para América Latina, Pamela Cox, dijo que su gobierno cumplirá con la promesa de campaña de no revertir la dolarización, pero que también espera cumplir con la propuesta de adoptar un pacto fiscal “que implica construir una política tributaria sobre la base de entendimientos con los diferentes sectores políticos del país, es algo que he sostenido desde la campaña”.
Funes explicó que su plan de gobierno no plantea nuevos impuesto o incrementar las cargas ya existentes, pero sí de “que el tiene más, pague más”.
El presidente electo expresó que los ejecutivos con los que se reunió le confirmaron que el próximo 6 y 7 de mayo se realizará una “encerrona” en la que participarán funcionarios del BM, el FMI y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en la que analizarán medidas de corto plazo para hacer frente a la crisis. Dijo que algunas de esas medidas incluso las tendrá que tomar Antonio Saca antes de abandonar Casa Presidencial.
Puso como ejemplo que “para aprobar el fondo precautorio de $800 millones, el FMI puso como condición la integración de las tres superintendencias: de Valores, del Sistema Financiero y de Pensiones, y esto implicar una reforma a la ley o aprobar una nueva antes del 15 de mayo y esta, si bien es una decisión del Legislativo, tiene que provenir del Ejecutivo”.
Según Funes, el secretario técnico de la Presidencia, Eduardo Ayala Grimaldi, quien representa al Gobierno actual, estuvo de acuerdo en la reunión con el FMI que la administración Saca tendría que implementar algunas de estas políticas antes de dejar el poder.
Funes aclaró que su visita a los organismos financieros busca proyectar estabilidad: “Estamos en un escenario de crisis donde los recursos son escasos y donde también vienen otra cantidad de países con los mismos problemas que nosotros; lo único que va a hacer que nos asignen más recursos es que vean un proceso de transición transparente”.
En ese sentido, Funes señaló que su presencia en el foro no buscaba concretar acuerdos, sino enviar el mensaje de que “vamos a hacer una administración, proba, transparente y responsable, pero que también necesitamos más recursos para implementar nuestros programas”.
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