La selección de Alberto Romero como jefe de la próxima bancada legislativa de ARENA es interpretada por algunos diputados del mismo partido como una señal de que el presidente de la República, Antonio Saca, mantiene una importante cuota de poder en las estructuras areneras.
El mandatario, por su parte, considera que la decisión del COENA envía un mensaje de “cambio”.
Diputados reunidos el fin de semana en el salón Mayor Roberto d’Aubuisson del local central del COENA recibieron la noticia de boca del presidente del partido, Rodrigo Ávila, quien les presentó a “Beto” Romero como coordinador de la bancada para el próximo período.
Algunas caras largas –tras la encerrona donde se tomó la decisión– desnudaban la inconformidad mal disimulada de algunos diputados, que ahora prometen mayor atención a los movimientos que se sigan generando.
La decisión encendió luces de alerta en quienes dicen evitarán el continuismo cerrándole los espacios al grupo que, según ellos, debió quedar fuera de la reestructuración. “Yo no estoy de acuerdo con esta decisión, ya hablaremos cuando lleguemos a la Asamblea”, comentó uno de los diputados electos, quien asegura llegar con la intención de aportar en esa reestructuración de la que “tanto se habla y muy poco se hace”.
Al director departamental de Cuscatlán nadie le cuestiona su trabajo territorial, pero le señalan como “soldado de René” –en referencia a la aparente lealtad de este con René Figueroa, ministro de Seguridad Pública y mano derecha del presidente Saca–, así lo comentó un diputado electo al predecir que estos próximos tres años de legislatura serían “más de lo mismo”.
Sin embargo, Saca considera que la designación de Romero es una señal de cambio: “Manda un mensaje claro que en ARENA siempre hay cambios positivos. El actual jefe de fracción ha sido muy eficiente, trabaja llevando adelante los temas que le interesan a la población”.
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