Una duda fundamental que provoca ansiedades es si prevalecerá la agenda del FMLN, los ortodoxos o la esperanza generada por Mauricio Funes, quien ofreció cambio seguro desde una perspectiva de izquierda, sin vulnerar el sistema de libertades y la democracia que vivimos, el sistema económico y la propiedad privada.
El escepticismo que privó en muchos sectores sobre Funes se ha ido disipando ante sus actuaciones desde el día uno, sorpresa muy agradable.
Sin embargo, pesa la historia de la jerarquía del Frente, las reiteradas manifestaciones de su visión de un socialismo revolucionario, su preocupante cercanía con el comandante Chávez antes de la elección, su actuación vertical y excluyente, pues según las palabras de uno de sus dirigentes más importantes “el FMLN no es ni debe ser plural”. Es necesario darles el beneficio de la duda, aunque nunca se han retractado de su pensamiento.
Sin embargo, las señales de los últimos días son preocupantes. El acuerdo a que habían llegado con el grupo a cargo de ARENA, otorgando un fiscal amigable, a cambio de quedarse con la sala de lo constitucional de la Corte Suprema de Justicia, provocando una burda actuación de afines del Consejo Nacional de la Judicatura, así como el asalto de turbas violentas con distintivos del Frente y Venezuela a la Asamblea Legislativa en su primera sesión, una acción que es difícil pensar que no fue hecha con aval de la dirigencia, que “fueron unos grupos organizados que tienen derecho a manifestarse”.
Es de temer y vigilar un panorama conocido, dureza en negociaciones políticas, acompañadas de “poder popular”, turbas violentas en las calles para presionar, agenda encaminada a consolidar un proyecto antidemocrático, como Hitler, Chávez, Ortega, entre otros. Esperamos no sea el patrón de conducta prevaleciente.
Serían buenas señales que se entiendan de buena fe con ARENA para el nombramiento del fiscal general y los magistrados de la Corte Suprema, sin que se vea el riesgo, de ningún lado, de que se politice la justicia o que se judicialice la política.
Si se diera este evento deseable, la elección de la Corte de Cuentas podría salir del control del PCN, algo que la ciudadanía demanda y de no darse, se le pasa la factura a la derecha. Si el Frente no da esa apertura, facilita que la derecha se una alrededor de lo que percibe como una amenaza. La elección del presidente de la Asamblea fue una muestra poco feliz de esa falta de entendimientos y de las dificultades internas de consolidación de los partidos de derecha, en que hay luchas internas por el poder.
ARENA, por su parte, debe pasar lo más pronto posible del escape del grupo que la controlaba y aún mantiene fuerte presencia, al partido fuerte, unido y moderno, de amplia visión que el país necesita. Que al igual que exigimos del FMLN, dé señales claras de rompimiento con las prácticas del pasado reciente que la población rechaza, capaz de defender el sistema, pero también de dialogar y
entenderse con el FMLN en los temas clave que la nación espera, iniciando por la elección de fiscal, magistrados y Corte de Cuentas.
Preocupan las señales de la ortodoxia, el arreglo fiscal-CSJ con la burda actuación del CNJ, la invasión de la Asamblea con colores rojos y venezolanos. ¿Prevalecerá la moderación de Funes? ¿Veremos a ARENA y al FMLN negociando de buena fe?
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