“Para este año, en primer lugar, tenemos que reorientar todo el presupuesto, sentarnos y hacer una revisión completa.”
“Ya, por ejemplo, el subsidio eléctrico se ha quitado, es insostenible en esta realidad.”
Antonio Saca, presidente de la República
Los equipos económicos del presidente saliente, Antonio Saca, y del entrante, Mauricio Funes, alistan su informe final para mañana miércoles, y con ello la hoja de ruta que se podría seguir para sortear los problemas económicos más apremiantes para el país, como el hueco en las finanzas públicas.
Entre las primeras sugerencias del gobierno entrante, que Saca confirma y dice apoyar, está la reorientación del destino de los préstamos e incluso la reorientación de empréstitos por contratar.
Saca habla, incluso, de redirigir “todo el presupuesto”.
“Bueno, sí. Ya que venimos del área de Palestina, podemos llamarle una hoja de ruta a la reorientación de los préstamos y, por otro lado, a nuevos préstamos”, dijo Saca desde Madrid, la última parada de una gira que también le llevó a Israel, Palestina e Italia.
Los estrategas de esta hoja de ruta son, por parte del Gobierno, Eduardo Ayala Grimaldi, secretario técnico de la Presidencia; y William Hándal, ministro de Hacienda; mientras que del lado del gobierno entrante están el economista Alex Segovia y Carlos Cáceres, ex director ejecutivo de la Asociación Bancaria Salvadoreña.
“Para este año, en primer lugar, tenemos que reorientar todo el presupuesto, debemos sentarnos y hacer una revisión completa, el gobierno entrante y el saliente, de prioridades”, dijo el mandatario. Y como de prioridades se trata, Saca prevé que en esa estrategia esté contemplada la forma de mantener algunos de los subsidios estatales.
“No debiésemos sacrificar a los salvadoreños, debiésemos cuidar su bolsillo y por supuesto aumentar la base tributaria. Yo he escuchado que el presidente electo ha dicho que no aumentará impuestos”, agregó.
Esta vez, Saca no defiende a capa y espada uno de los pilares de su política social: los subsidios generalizados. De hecho, y contrario a su férrea oposición a focalizar las ayudas estatales pese a los cuestionamientos de instituciones de pensamiento como la Fundación para el Desarrollo Económico y Social (FUSADES), el presidente saliente recomienda cómo abordar la focalización de subsidios como el del gas.
“Hay que hacer cálculos, quizás en el gas propano, hay que focalizarlo a la gente, pero a la más pobre del país, por ejemplo con red solidaria y algún otro mecanismo que sea de fácil acceso”, sugirió Saca.
Y para cubrir las demandas sociales, las deudas pendientes y otros gastos, según el funcionario, el Banco Mundial (BM) puede hacer llegar “fácilmente” $200 millones más.
Así, el nuevo gobierno dispondrá además de $950 millones: $650 destinados para el pago de eurobonos que vencen en 2011, $300 millones para inversión social, y los $500 millones que se han inyectado a la liquidez a través del Banco Central de Reserva (BCR).
“Y ese fondo precautorio del FMI (por $800 millones) que se puede utilizar”, agregó Saca, quien sostuvo además que durante enero y febrero el Gobierno logró ahorrar $21 millones con su política de austeridad, lo que puede convertirse en unos $50 millones al final del año, según las cuentas del presidente saliente.
El mandatario también defendió que el país no se encuentra en una situación alarmante con relación a sus cuentas fiscales. De hecho, dijo que el déficit fiscal oscilaba entre $400 y $500 millones, y no los $1,000 que ya calcula el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En su tesis nada tiene que ver el pago de subsidios generalizados, algo que ya FUSADES advertía podría llegar a constituir un problema grave a la vuelta de unos meses, cuando la crisis económica mundial arreciara.
“Ya, por ejemplo, el subsidio eléctrico se ha quitado, es insostenible en esta realidad. Ahí está el tema del transporte público, que yo creo sería un golpe muy grande a la población quitárselo, el subsidio al gas propano. Quiero decirle que todo eso estaba proyectado en el presupuesto, es que es una proyección. Si tiene los ingresos puede hacer los gastos, pero nadie tiene varita mágica”, argumentó.
El año pasado, el país pago cerca de $600 millones en subsidios, muchos de ellos generalizados, como el de energía eléctrica, que cubría el valor del megavatio cuando costaba más de $91, y por el cual el gobierno llegó a pagar un sobreprecio de casi $50 por megavatio.
Ese monto también incluye el subsidio al gas propano.
Además, el Gobierno retomó el subsidio al transporte público para evitar un incremento en el precio del pasaje. Sin embargo, se ha visto en aprietos para cancelarlo a los transportistas.
El presidente también confirmó que su fracción estaría lista a analizar la posibilidad de dar garantía soberana a los títulos de los fideicomisos de Educación y Seguridad, que se crearon durante su mandato, en vista de la no ratificación de los préstamos destinados a cubrir inversiones en esas áreas.
“Nos han pedido que veamos la posibilidad y hemos dicho que lo analicemos”, sostuvo el mandatario salvadoreño.
El carácter de títulos con respaldo del Banco Central de Reserva haría más apetecibles para los inversionistas estos papeles.
Actualmente, el Gobierno ha tenido problemas para colocarlos en el mercado, precisamente porque no cuentan con este respaldo, y porque el momento financiero internacional aumenta el riesgo de invertir en ellos.
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