Se agota el tiempo para negociar deuda

Detalles del foro político sobre temática económica

Un banco puede estar solvente, pero un problema de liquidez lo puede llevar a la quiebra… hay que estar conscientes de los límites.”

Carlos Acevedo, analista

Si no hacemos un esfuerzo fiscal y si no contratamos deuda o refinanciamos, la solvencia la vamos a perder, aunque ahora la tengamos.”

Roberto Rubio, analista

Creo que el peor error es subdimensionar lo que puede venir. Uno debe estar preparado para lo peor, pero rezar por lo mejor.”

Luis Membreño, analista

Si tenemos una crisis es por ineptitud, es porque nos la merecemos, porque no hemos logrado acuerdos en beneficio del país.”

Rafael Barraza, analista

Refinanciamiento

$1,000 millones es lo que requeriría financiar el actual Gobierno.

4% puede alcanzar el déficit fiscal si no se hace nada, afirman.

$653 millones es el vencimiento de bonos para 2011

A corto plazo, y para evitar que el Gobierno no pueda cumplir sus obligaciones financieras, cuatro analistas piden con urgencia que los dos partidos políticos más grandes en la Asamblea aprueben préstamos y renegocien deuda. Incluso hablan de no descartar una línea contingencial del FMI.
Karla Ramos/Sara Verónica lópez
politica@laprensa.com.sv
El vencimiento de corto plazo de casi $500 millones de Letras del Tesoro (LETES), el creciente pago de subsidios -incluidos $183 millones que se vencen el 5 de octubre para pagar un fondo para estabilizar las tarifas de energía eléctrica- más el aumento salarial a empleados públicos ya están generando problemas de iliquidez al Gobierno. Y de no atender inmediatamente esta situación, El Salvador estaría enfrentando a una crisis de solvencia fiscal en los próximos meses.

Ese es el diagnóstico en que coinciden cuatro destacados analistas, quienes durante el Foro Político de LA PRENSA GRÁFICA insistieron en que la situación se complica aún más con la crisis financiera de Estados Unidos y la tendencia alcista en los precios del petróleo. Y aunque hay matices, algunos llegan incluso a pensar en la posibilidad de que el país se vea obligado a declararse en “default”, es decir, incapaz para pagar sus deudas.

Por eso, un panorama así, dicen los expertos, le deja a El Salvador un margen de tiempo de no más de seis semanas o dos meses, como máximo, para encontrar el ansiado consenso para renegociar la deuda y darle la liquidez necesaria al Gobierno, pero la única salida está en manos de las dos principales fuerzas políticas en la Asamblea: ARENA y el FMLN. Un acuerdo que reconocen como “difícil” ante la cercanía de las elecciones, el estancamiento de la discusión en la Asamblea y la práctica habitual de los partidos de “sacar raja política” de las crisis, en lugar de beneficios de país.

“El tema de corto plazo es de liquidez porque en la medida que el Gobierno no tenga ese refinanciamiento puede haber problema de no pago de deudas… Si tuviéramos dinero adicional para inyectarle a la economía, pagar las LETES y que no haya ‘default’, para pagar subsidios y los gastos extras, eso ayudaría bastante al país”, reconoció el economista Luis Membreño, quien enfatizó en que lo mínimo que requiere en estos momentos el país para que la actual administración finalice su gestión sin problemas son por lo menos $1,000 millones. “Si los partidos no comprenden la gravedad de la situación entonces vamos a estar en grandes problemas”, agrega, porque solo un acuerdo político evitaría “una crisis”.

Ya el presidente Antonio Saca reconoció estar negociando con el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) un paquete de no menos de $950 millones, pero este no ha avanzado, ni tampoco ha recibido el acompañamiento esperado al interior de la Asamblea.

Será por eso que la visión de Roberto Rubio, otro de los economistas invitados, es “pesimista”, según reconoce, porque pagar los gastos corrientes con Letras del Tesoro “es un problema serio que debe eliminarse a corto plazo”.

“Si no hay acuerdo, no solo no vamos a poder reparar la casa, sino que no podremos pagar los compromisos, no habrá solvencia ni posibilidades de sostener la inversión”, afirma Rubio.

Una señal clara, dicen, es el informe de Standard and Poor’s, que colocó en perspectiva negativa la calificación de país por el deterioro en indicadores macroeconómicos, uno de ellos el fiscal.
Sentido de urgencia

Por eso, Rafael Barraza, otro de los analistas invitados, le pone al consenso político para renegociar la deuda y aprobar préstamos “sentido de urgencia”, y cuando dice urgencia se refiere a un plazo no mayor a “seis semanas” para aprovechar la ventana de oportunidad que se tiene con los organismos multilaterales antes de entrar a la campaña electoral de lleno: “Las cifras están complicadas… y el país tiene un problema de liquidez, pero por un problema político… eso es ridículo”.

“El problema más inmediato es ver cómo llegar de aquí a marzo sin tener los recursos para hacerle frente a los compromisos que tiene el país… la situación es complicada y hay un margen estrecho”, lo secunda el analista Carlos Acevedo.
Cifras poco creíbles

Pero a la falta de visión de los partidos políticos, los analistas suman como dificultad para tener un diagnóstico consensuado sobre la situación real de El Salvador la poca transparencia de las cifras oficiales. “Si uno ve las cifras oficiales a julio, el país aparece con superávit fiscal cuando está casi quebrado fiscalmente… Es grave la situación fiscal, pero no se reconoce así”, afirma Acevedo, quien incluso lanza una queja directa a los organismos financieros: “Creo que los organismos internacionales son de alguna manera cómplices, porque, por ejemplo, el FMI, en privado reconoce que está alarmadísimo de la situación fiscal, pero en un comunicado dice que hay dificultades pero superables y que todo está bien”.

“No sé de dónde han sacado ellos eso. Nosotros estamos tranquilos en el sentido que los ingresos nos están mejorando… los subsidios los hemos cubierto tranquilamente”, defendió por su parte el ministro de Hacienda, William Hándal.

El Gobierno maneja que el año cerrará con un déficit fiscal del 2.2%, pero para los analistas, este podría dispararse hasta un 3% o 4%. “No contamos con cifras actualizadas y creíbles, pero a este momento a mí me da la impresión que podemos superar un déficit del 3%”, afirmó Membreño.

De hecho, esta situación les hace a los economistas no cerrar tampoco la mirada hacia lo que recomendó la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (FUSADES): aceptar un crédito contingencial del FMI por $1,000 millones, porque aunque no se use, permite contar con liquidez (dinero disponible) ante una crisis.

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