Para Ray Walser, analista de la Fundación Heritage, uno de los centros de pensamiento más conservadores e importantes de EUA, “unirse o no al círculo de Venezuela es una decisión soberana de cada país, pero creo que la administración Obama, con su visión más liberal, en principio no objetaría un acercamiento de un aliado tradicional como El Salvador; en todo caso, lo definiría cuán lejos lleguen esos acercamientos”.

“Lo que levantaría alertas sería si por un acercamiento con Venezuela se comienza a ver penetración de Irán en El Salvador; por ejemplo, pero si se tratase de cooperación en materia económica o de apoyar las posturas de Chávez en foros como la OEA, creo que la administración podría vivir con eso”, sostiene Waser.

Para el encuestador y analista político Sergio Bendixen, “las remesas que llegan a El Salvador desde Estados Unidos no le permiten a nadie pelearse con Estados Unidos”. Bendixen considera que los lazos creados a partir del tratado de libre comercio entre Centroamérica y EUA son tan fuertes que el gobierno de Funes no los podrá obviar.

Para el vicepresidente del Concilio de las Américas, Eric Farmsworth, El Salvador necesita crear una nueva agenda bilateral con la administración Obama.

“La agenda común tiene que estar basada en crecimiento económico, en migración, en la comunidad salvadoreña acá en Estados Unidos. Creo que la relación puede ser fuerte sin pasar por la parte militar, como lo fue en el pasado, sin pasar por si hay relaciones o no con Cuba o con Venezuela”, consideró.

Para la directora de Estudios Latinoamericanos de la Universidad George Washington, Cynthia McClintock, el gobierno del FMLN tendrá que pensar sus relaciones exteriores en función de sus objetivos.

“Mucho mejor que no llegue a ser miembro de ALBA (Alternativa Bolivariana de las Américas) junto con Nicaragua y Bolivia, por el mismo hecho de que Venezuela ya no tiene todo el dinero que tuvo hace dos años y ya no tiene la influencia que quisiera.”