El mundo al revés

Lo que le pasó al FMLN en el año 2004 parece estarle pasando ahora a ARENA, y lo que le pasó entonces a ARENA parece estarle pasando en estos momentos al FMLN.

Roberto Rubio-Fabián
Columnista de LA PRENSA GRÁFICA

rubiofabian@telesal.net

En nuestro país hay muchas cosas al revés: la empresa financiera CREDIFACIL se la puso difícil a sus clientes y difícil fue el proceso de devolución de los cobros indebidos; en la Asamblea Legislativa hay muchos/as diputados/as cuyo pésimo desempeño merecería disminuirles el salario, sin embargo se empeñan a escondidas en recetarse inmerecidos aumentos; el transporte de pasajeros no es un servicio público de bienestar ciudadano, sino un negocio privado de malestar social, etc.

También en el campo político/electoral el mundo parece andar al revés. Reconociendo la diferencia de situaciones y contextos, y a riesgo de simplificar las cosas, nos atrevemos a afirmar que lo que le pasó al FMLN en el año 2004 parece estarle pasando ahora a ARENA, y lo que le pasó entonces a ARENA parece estarle pasando en estos momentos al FMLN.

Antes de las elecciones de 2004 al FMLN le precedió una división, en parte expresada en la salida de varios diputados y diputadas y la posterior conformación del FDR; la independencia y el pensar distinto se pagó con la marginación y la exclusión. Antes de las elecciones de 2009, a ARENA se le presentan signos divisorios, que de seguir así las cosas se pueden volver difíciles de manejar. Como ocurrió en el FMLN en 2004, en la contienda interna de ARENA para el año 2009 la independencia y el pensar distinto no parece que serán virtudes, sino defectos que se pagan con marginación.

En 2004, la opinión pública demandaba cambios, pero el candidato del FMLN no fue símbolo del cambio sino marcada expresión de continuidad; la realidad que no se quiso mover no logró movilizar los votantes no militantes, y la candidatura cargada de inmovilidad fue un misil en contra de la credibilidad del dinámico eslogan de campaña “El cambio es hoy”. Para 2009, las demandas de cambio de la opinión pública serán mucho mayores que en 2004, pero hoy más que nunca la oferta electoral de ARENA apunta a la continuidad. Como sucedió en el FMLN de 2004, las estructuras e intereses dentro de ARENA se quieren recrear ahora en el estrecho cuarto de fotocopias y no en las amplias salas de las galerías del arte político.

Para las elecciones de 2004, el FMLN hizo muchas cosas por perder: confrontó gratuitamente contra el “imperialismo norteamericano” (ese “imperialismo” del que dependen las remesas y las cientos de comunidades y miles de personas que se benefician de ellas), no se desvinculó de las agresivas marchas y de las quemas de la bandera gringa; se fue solo, prepotente y sin alianzas a la contienda electoral; apareció (o se prestó a que lo aparecieran) oponiéndose a todo y contra todo; pensó, como piensa ahora un sector de ARENA, que lo importante era el vehículo (el partido) y no el piloto (el candidato); no se esmeró por disipar el miedo, al contrario, sus discursos encendidos lo intensificaron; respondió con confrontación a la estrategia de confrontación de su adversario, etc.

A un poco menos del año de las elecciones de 2009, ARENA, como el FMLN en 2004, está haciendo muchas cosas por perder: impone el impopular impuesto para subsidiar a los impopulares buseros; maneja con torpeza el ampliamente rechazado incremento de salarios a los/as diputados/as; buenas medidas, como algunas contempladas en la Alianza por la Familia, se presentan en mal momento y en mal envoltorio; se sacrifica gobernabilidad y buen gobierno en aras del partido y la campaña. En fin, en 2004 los méritos y aciertos electorales de ARENA se debieron en buena parte a los desméritos y errores del FMLN. Ahora, buena parte de los méritos y aciertos del FMLN se deben y podrán deber a los desméritos y errores de ARENA.

Por otro lado, lo que en el año 2004 lo tuvo ARENA, ahora lo está teniendo el FMLN. En 2004 ARENA estuvo relativamente unida, ahora lo está el FMLN. En 2004 ARENA presentó un buen candidato, que no representaba continuidad y proyectaba cambio seguro, que generó entusiasmo en las bases, y que logró seducir a los no militantes. Ahora este candidato parece tenerlo el FMLN. En 2004 ARENA contó no solo con buen candidato sino con buena estrategia política. Ahora parece que la tiene el FMLN.

Si la situación política/electoral entre ARENA y el FMLN se presenta ahora al revés de 2004, y si las tendencias y variables no cambian sustantivamente, es legítimo preguntarse: ¿Los resultados electorales de 2009 serán también al revés? Ciertamente es muy prematuro atreverse a dar respuesta pues falta mucho trecho por recorrer. Sin embargo, lo que sí parece seguro es que bajo tal mundo invertido los resultados electorales tenderán a inclinarse más a favor del FMLN que de ARENA.

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