Antonio Saca insiste y recalca que no eliminará subsidios, ya que a su juicio devuelven poder adquisitivo a los salvadoreños. Reafirma que no se arrepiente de decisiones difíciles como la creación de fideicomisos y promete nuevas medidas.Las decisiones que hemos tomado le devuelven a los salvadoreños el poder adquisitivo que se ha ido perdiendo con las nuevas realidades mundiales.
Tenía dos caminos: quedarme llorando y echar la culpa al FMLN o buscar solución. Buscamos y permitió invertir en seguridad y educación con el fideicomiso.
Responsablemente sin comprometer las finanzas públicas, los vamos a mantener (subsidios). Y si tenemos que buscar otros programas lo vamos a hacer.
Anuncios y desafíos
El presidente adelantó a LA PRENSA GRÁFICA que en su discurso de cuarto año de gestión anunciará medidas importantes para el país. Destacó algunos de sus aciertos y marcó desafíos para el próximo año.
Salarios
En el discurso que el presidente pronunciará el domingo en la Asamblea Legislativa anunciará, según confirmó, medidas relacionadas a “salarios”. Lo que se preve es que Saca confirmaría el adelanto del segundo incremento del 5% al salario mínimo.apoyo agrícola
Anunciará medidas “especialmente en tema de impuestos, no en IVA, pero sí para importar una serie de productos”, dijo Saca, sin confirmar si esto incluye la eliminación de aranceles que desde hace meses se dejó en la mesa tras la crisis de precios del frijol.Vivienda
Durante su gestión, el mandatario ha hecho una serie de anuncios, sin concretar, en el tema de vivienda. El último fue en el marco del programa Alianza por la Familia, y que contemplaría la legalización de más de 100,000 lotes.transporte
Asegura que la decisión de su gobierno al imponer $0.10 en cada galón de combustible, para la compensación al transporte público, es una medida que beneficia directamente a las mayorías. No descarta el aumentar el subsidio, pero asegura que habrá reformas.Relaciones exteriores
Considera acertada la decisión de mantener relaciones diplomáticas con países que estaban lejos de considerarse en la política exterior de este país. A la vez, celebra la apertura que esta decisión puede generar en materia de nuevas inversiones.seguridad
No se casa con la cifra autoimpuesta por el director de la PNC, al fijarse la meta de reducir los homicidios a cuatro diarios, aceptando que es “ambiciosa”. Resalta avances en materia de seguridad a pesar de que acepta que hay incremento en algunos delitos.
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Al presidente Antonio Saca no le preocupa hoy por hoy la focalización de subsidios. A punto de cumplir cuatro años de gestión y con una coyuntura internacional que no se mueve a favor de ningún país en vías de desarrollo, el mandatario defendió, ante un grupo de periodistas y analistas en el primer Foro Político de LA PRENSA GRAFICA, su decisión de sostener, y de ser necesario incrementar, sus programas subsidiarios.
“Yo pongo en la balanza y digo: ¿Qué es lo más importante? ¿Atender la necesidad de la gente o dedicarme a recuperar $571 millones, que podrían ser $650 millones?”, dijo al ser cuestionado sobre la carga que los subsidios generan a las arcas del Estado y la no focalización de estos -un señalamiento reiterado por organismos internacionales y entidades de análisis- porque se está beneficiando a sectores de clase media que no lo necesitan.
“El mensaje es responsablemente sin comprometer las finanzas públicas. Lo vamos a mantener, y si tenemos que buscar otros programas que favorezcan a la gente, lo vamos a hacer”, afirmó tajantemente, dando por hecho que en el año que le resta al frente del país no permitiría cambios que puedan generar un golpe al bolsillo de los salvadoreños. Lejos de ello, no descarta buscar otros mecanismos de compensación a la crisis.
Actualmente, el Gobierno implementa más de 10 subsidios, de los cuales tres son duramente criticados -gas licuado, energía y agua potable-, pero Saca insiste en que la aplicación de los mismos responde a una realidad que se encontró al llegar al Gobierno y que la crisis de precios en alimentos y en gasolina, a su juicio generada por la especulación de países productores de oro negro, no le permiten tocar o eliminar ninguno de ellos.
Es más, el mandatario reconoce que estos factores externos, junto a la crisis que vive Estados Unidos, afectarán más la economía nacional; y en esa coyuntura, para él la única forma de enfrentar la situación es hacer que la gente no pierda su poder adquisitivo.
“Tarde o temprano las finanzas públicas van a salir afectadas. Es como si estuviéramos escondiendo el polvo bajo la alfombra”, cuestionó al presidente Juan Héctor Vidal, uno de los dos analistas invitados al foro.
“A mí no me gustan los subsidios que heredé. A mí me gustan las cosas totalmente claras y que existan las cosas como corresponden”, respondió Saca al matizar su declaración con la confirmación expresa de que no está en la disposición de un incremento de precios a los productos y servicios subsidiados -como el gas propano para uso domiciliar, que cuesta al Estado $120 millones anuales-, ni mucho menos a subir el precio de la energía que se ha generalizado.
Pero a estos subsidios heredados el presidente le sumó otras medidas que han incrementado el gasto estatal y que tampoco tocará de aquí al 1.º de junio de 2009, y que son los beneficios ofrecidos a través del programa presidencial lanzado en diciembre de 2007: Alianza por la Familia. “Todas estas decisiones que hemos tomado de alguna manera le devuelven a los salvadoreños el poder adquisitivo que se ha ido perdiendo con las nuevas realidades mundiales”, expresó, seguro de que los $650 millones que el Estado estima gastará en estos programas son una forma de dar a las familias la oportunidad de invertir el efectivo del ahorro en otros rubros.
Y ante el cuestionamiento de cómo podía asegurar la devolución del poder adquisitivo a la gente, Saca respondió con dos ejemplos: la devolución de pagos en matrículas escolares a estudiantes de bachillerato en el sector público, decisión que significó un desembolso de $17 millones; y la decisión de eliminar el pago de cuota mensual y gastos de graduación a los aproximadamente 160,000 estudiantes de los institutos nacionales. También incluyó en su evaluación el incremento del techo de las deducciones de renta.
A pesar de estos nuevos gastos, el presidente no descarta implementar otras medidas, y como un adelanto general confirmó que en el discurso de su cuarto año de gestión, programado para este domingo 1.º de junio, hará nuevos anuncios que favorecerán sobre todo al sector agrícola y a la importación de insumos y productos de este rubro. También ofreció anuncios en el tema del salario, en el cual aún se espera la decisión de la empresa privada de adelantar el aumento del 5% que está pendiente Y habló sobre anuncios para el sector de vivienda.
El dinero de la reforma
En el repaso de su gestión, y para dar pruebas de que el Gobierno ha podido sobrellevar una política subsidiaria sin arriesgar las finanzas, el mandatario recordó la implementación de una reforma fiscal, que tras enfrentar duros cuestionamientos de la empresa privada, vio la vida a finales de 2004, no sin antes haber sufrido algunas contrarreformas.
La empresa fiscal, que fue impulsada por el entonces ministro de Hacienda, Guillermo López Suárez, le permitió al Estado recibir cerca de $300 millones anuales para atender las necesidades y programas sociales. “Generó discusión en la empresa privada, lo cual es normal, pero era necesario hacerla. El Fondo Monetario Internacional decía que debía aumentar en dos puntos el IVA. Yo dije que no iba a aumentar impuestos porque en este país no todos pagan los que deben pagar, al final de cuentas dio resultados”, expresó, asumiendo el éxito del incremento en la recaudación y consciente, a su vez, de que aún hay mucho por hacer.
“Es insuficiente, indiscutiblemente, pero sin duda la reforma fiscal permitió que funcionara el Gobierno”, agregó, sin referirse a la renuncia del ex ministro López Suárez, quien se supone dejó el gabinete incómodo por el freno a un segundo paquete de reformas de las que Saca evitó hablar, pero argumentó que el tema fiscal ha sido malentendido y que ha predominado una tesis errada en los medios de comunicación.
Además de la reforma fiscal, en sus éxitos el mandatario destaca la estabilidad macroeconómica, que le ha permitido al país llevar el crecimiento a tasas arriba del 4%, el libre comercio con socios como Estados Unidos y el otorgamiento de los $460 millones de la Cuenta del Milenio para el desarrollo de la zona norte, y muchos otros proyectos. “El Estado ha trabajado sin préstamos, hemos hecho una reducción de la deuda, hemos mantenido una estabilidad macroeconómica importante, la reforma fiscal nos permitió presupuestos equilibrados”, insistió.
Sin embargo, los $300 millones extras que ingresaron en promedio anual a las arcas del Estado por la reforma se diluyeron en el pago de subsidios y no resolvieron el financiamiento de algunos programas que se prevía serían cubiertos con créditos internacionales, que al final se perdieron en la Asamblea Legislativa, un punto que el presidente no dejó de cuestionar a la oposición, representada en el FMLN.
La deuda cara
La creación de dos fideicomisos -uno para pensiones de $400 millones y otro para seguridad y educación $350 millones- han sido el punto más criticado de la política de financiamiento de este Gobierno, y que incluso ha llevado a que sea acusado de violentar la Constitución por saltarse el requisito de una mayoría calificada (53 votos) para endeudarse.
Los señalamientos o criticas al presidente le tiene sin cuidado, y dice que los resultados hablan por sí solos. “Yo tenía dos caminos: quedarme llorando en la cuneta, esperar que pasaran los años y echarle la culpa al FMLN o dedicarme a buscar una solución”, dijo al recordar que junto al entonces secretario técnico de la Presidencia, Eduardo Zablah, dieron vida a los fideicomisos. “Es una deuda más cara, pero es más caro no hacer nada. Busqué una decisión creativa y esa solución nos permitió invertir en educación y en seguridad pública”, dijo el mandatario.
Pero durante el foro, que duró más de una hora, el mandatario también tuvo oportunidad para hablar del legado que deja al próximo Gobierno, y cómo quedaría este si le toca entregar el poder al FMLN, además de los cuestionamientos a la polarización que se ha generado en el país.
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