Consciente de la debilidad del CD para incidir en temas de país desde la Asamblea, Dada, quien se denomina demócrata, busca ser escuchado desde su curul. Su primer punto es una dura crítica hacia algunas medidas del actual Gobierno: los subsidios, que han llevado a la precariedad fiscal.“El presidente Saca dijo que se iba a mantener en campaña permanente y, quizá, es la única promesa cumplida.” “Si le quita el subsidio a las personas que tienen los más altos ingresos en el país, ¿dónde va haber incendio social?.”
“Esa locura del neoliberalismo, que entre más se bajaban impuestos más se recaudaba no tiene límite.”Perfil
Profesión:
Doctor en Economía e ingeniero civil.
Cargos:Actualmente diputado por el CD. Fue regidor de la Alcaldía de San Salvador de 1997 a 2003; de la Junta Revolucionaria de Gobierno en 1980 y canciller entre 1979 y 1980.
Escrito por Estela Henríquez/Alexandra Bonilla
Un partido con solo tres votos en la Asamblea Legislativa y, por ende, con poco capital de negociación no inhibe al diputado Héctor Dada de señalar las “irresponsabilidades” que, a su juicio, está cometiendo el actual Gobierno en el tema fiscal.
La coyuntura electoral tampoco lo detiene para hablar de la necesidad de más impuestos, una osadía que los partidos mayoritarios se cuidan de no cometer en estos tiempos.
Nosotros siempre afirmamos que hay que subsidiar a quienes lo necesitan, no a quienes no lo necesitan. Por ejemplo, la gasolina de avión no paga impuestos, y no lo necesitan ¿verdad? Hay que generar mecanismos que permitan focalizar.
Hace más de dos años, en la comisión de hacienda, le expresamos al ministro y al presidente de la CEL que nos parecía completamente errado, desde el punto de vista de la política fiscal, que con los excedentes de una institución autónoma se paguen gastos corrientes del Estado, como lo son los subsidios. No solo es el problema de la precariedad fiscal, sino que además estamos volviendo precaria la situación de caja de CEL. Con la forma en que el gobierno del presidente Saca ha manejado los subsidios, que ha sido muy poco serio en el manejo de las finanzas, se crea un problema complejo. La realidad lo está demostrando ahora, aunque no lo quiera aceptar.
El presidente Saca dijo que él se iba a mantener en campaña electoral permanente, y quizás es la única promesa cumplida. Él sigue en campaña electoral permanente y no quiere afectar a nadie porque quiere salvaguardar los votos.
Se necesita un acuerdo nacional sobre las finanzas públicas y no solo con subsidios. Tenemos un Estado totalmente desfinanciado. No son capaces de pagar lo que deben pagar a las empresas eléctricas; el subsidio lo pagan las eléctricas, después se los devuelve el Estado y este no es capaz de devolvérselo porque el país, fiscalmente, está en una situación de precariedad espantosa. FUSADES se quedó corto con lo que presentó. Lo que tenemos que hacer es sentarnos y definir un plan nacional para enfrentar la precariedad de las finanzas públicas originada por el mal manejo que ha hecho el presidente Saca en ese rubro y focalizar.
¿Cuál incendio social? Si a usted y si a las personas que tienen más altos ingresos en el país les quitan el subsidio, ¿dónde va haber incendio social? Nadie le está sugiriendo que le quite el subsidio a los pobres en pobreza extrema. El presidente Saca a veces dice cosas muy a la ligera.
Y usted también. ¿Yo por qué voy a ser subsidiado? ¿Y yo voy a salir a la calle a quemar llantas porque me quitaron el subsidio? No, verdad. Sí, me va doler la bolsa, a quién no, pero lo puedo absorber.
Por supuesto, pero si me los quitan quizá no voy a votar por Rodrigo Ávila. Esa es la preocupación.
Los costos electorales. Aquí hay un gran costo político que no está ejerciendo función pública, lo político es lo público. Lo que se está buscando son intereses partidarios. Que haga política de verdad el presidente.
Las injerencias del presidente Saca son muy graves, nadie ha querido entender. Los medios de comunicación —igual que mucha parte de la población— han estado embobados por la supuesta simpatía del presidente, pero su manejo de la política pública ha sido tan deficiente que la herencia que le está dejando al próximo gobierno, sea quien sea el que gane, es muy grave, sobre todo en materia fiscal. El país es insostenible fiscalmente.
Con pocos diputados uno podría tener la razón y, muchas veces, no ser escuchado. A veces a uno lo escuchan y le dicen “tenés razón, pero vamos a votar de otra manera”. Nos pasó con la Ley Antimaras, dijimos que era inconstitucional, que no iba a combatir la delincuencia, sino que la iba a estimular y eso exactamente pasó. Dijimos: “los subsidios son inconstitucionales y son una torpeza desde el punto de vista del manejo de las finanzas públicas”, y ahí se está demostrando.
A veces se dice, en este país, que ser político reflexivo es el peor negocio que existe, eso puede ser cierto. Presentamos una ley de comercialización de hidrocarburos cuando los hidrocarburos empezaban a subir. Todavía no hemos logrado que se discuta y hoy parece que no hay necesidad porque los precios empezaron a bajar.
Nos opusimos al subsidio de transporte. Nos pareció que no era la forma más adecuada y ahí también hay que focalizar para subsidiar directamente a los que necesitan. Además, fue sin ninguna condición a los transportistas para la mejora del servicio, cuando el responsable es el Estado.
Nos parece interesante la propuesta de FUSADES, que está basada en el consumo de electricidad. No hay sistema perfecto y tenemos una cierta inclinación a creer que es un sistema adecuado, mientras no exista un impuesto predial que exige un conocimiento más claro de lo niveles de vida de las personas involucradas. En este momento, la falta de información suficiente para otro sistema nos hace ver que puede ser un sistema adecuado, pero no hay una decisión del partido.
Tienen que entrarle claramente a la contribución de los distintos estratos de la población. Tienen que descargar a los estratos inferiores, pero tienen que cargar a los estratos superiores; es una tendencia universal. Esa locura del neoliberalismo que entre más se bajaban impuestos más se recaudaba no tiene límite, porque si usted lo comienza a aplicar llega al impuesto cero. Aquí hay que comenzar a pensar en una nueva distribución de las cargas fiscales, para que paguen más los que realmente tienen más. Hay que imponer un impuesto predial que sustituya a los impuestos atrasados de las alcaldías.
Puede ser, pero es para financiar a las alcaldías y que se elimine el FODES. Hay que estructurar los ingresos de las alcaldías y hay que cambiar el impuesto sobre la renta. Los estratos más altos de la población, que son los que más beneficios reciben de la política del Estado, son los que deben pagar más.
Los subsidios de salud y educación terminan siendo una manera de evadir impuestos, ciertamente, pero usted no los puede quitar a secas, hay que analizar mucho más. Estoy de acuerdo que se quiten, siempre y cuando el Estado promueva un estado de salud eficiente.
El Estado debe promover un buen sistema de salud, la Constitución lo obliga, y si usted tiene un buen sistema no tiene porque tener deducción. Si escoge el sistema privado es su opción. Hay algo escandaloso: las instituciones de Estado tenemos seguro privado, además del Seguro Social, porque ya se supone que el Seguro Social funciona mal.
Yo no tocaría el IVA, pero sí pondría impuestos al consumo para bienes de lujo. Es inaudito que el país tenga una balanza de pago negativa colocando en situación precaria la dolarización. La dolarización es una camisa de fuerza muy grave, que nunca se debió aprobar, pero de la que es difícil salir.
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