Las instituciones que otorgan créditos que nutren la actividad económica del país tienen una complicada oferta para obtener recursos, según la calificadora de riesgo Fitch Ratings.
En su estudio, El Salvador: Retos económicos esperan a la próxima administración, Fitch señaló que tanto la incertidumbre electoral, la presión fiscal y la restricción general al crédito en el exterior provocarán que el otorgamiento de recursos, así como el Producto Interno Bruto (PIB), decaigan.
También indicó que las remesas y la demanda de producto nacional para exportación son flujos de capital que llegarán en menor cantidad de la que necesita el país, lo que obliga a reducir las expectativas del desempeño económico.
“Debido a la reducción de importaciones de “commodities” y el debilitamiento económico, los flujos de capital reduciéndose implican que la economía debe desacelerarse agudamente, o contraerse, para cubrir la brecha de financiamiento externo”, se señala. Además, carecer de una política monetaria deja todavía menos margen de acción.
El país suscribió en enero, con el Fondo Monetario Internacional (FMI), un crédito contingente, o “stand-by”, por $800 millones para evitar estas desaceleraciones agudas.
Fitch subrayó que si bien la alta participación de la banca internacional puede fortalecer la posición del país, “también expone la economía al contagio externo y a la volatilidad de flujo de capital que pueden retrasar el crecimiento del crédito”. Así, el Banco Central de Reserva (BCR) depende de otro emisor de moneda para prestar.
Juan Héctor Vidal, economista, señaló: “El papel de prestamista de última instancia lo hemos tenido que asumir acudiendo a préstamos internacionales”. En este sentido, recomendó mayor vigilancia al uso de recursos externos.
Sin embargo, Rafael Barraza, economista y ex presidente del BCR, indicó que los recursos que se han gestionado con organismos financieros tienen un papel importante en momentos que la inversión está en pausa.
“Es inevitable que la economía de El Salvador se desacelere, pero será moderado por el financiamiento multilateral, que está sustituyendo la inversión privada”, comentó.
Ambos analistas coinciden al señalar que con el crédito del FMI habrá posibilidades de tener el crédito interno moviéndose. La cartera de préstamos en el país creció 3.5% el año pasado.
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