A lo largo del proceso de transición, el presidente de la República, Mauricio Funes, evitó hacer comentarios sobre la labor de los gobiernos anteriores y la situación en la que deja el país su antecesor, salvo algunas luces que dio sobre las finanzas estatales. Se limitaba a decir que su equipo estaba haciendo una evaluación exhaustiva de la que no podía hacer declaraciones; prefirió ensalzar el proceso de transición que vivía el país. Pero en su discurso de toma de posesión, Funes abandonó la diplomacia y no dudó en señalar los pecados que, a su juicio, ha cometido ARENA en los 20 años que estuvo al frente del órgano Ejecutivo.

“Errar es humano, pero evitar el error es, igualmente, un atributo de todos los hombres y todas las mujeres. Y evitar el error comienza por no hacer lo que algunos ya hicieron mal en este país: gobernar para pocos”, dijo Funes en alusión a las pasadas cuatro administraciones areneras.

Pero Funes no se quedó ahí y acusó a los presidentes de ARENA de haber sido “complacientes con la corrupción” y “cómplices del crimen organizado”, frases que no le sentaron nada bien a los areneros presentes.

Sin embargo, las palabras de Funes fueron celebradas por miles de invitados al acto de toma de posesión, mientras los ex presidentes de la República lucían rostros serios e irritados por los señalamientos.

Antonio Saca, el antecesor de Funes, sentado en la mesa de honor, apoyaba su quijada sobre el puño y por ratos se secaba el sudor de la frente mientras escuchaba las críticas a su mandato, su partido y a quienes le entregaron a él la banda presidencial.

“Se terminó el tiempo del padrinazgo y de la impunidad”, reiteró Funes, a la vez que remarcó que ARENA había hecho favoritismos a lo largo de sus administraciones y había privilegiado a unos pocos por “sus conectes” o por sus “apellidos”.

Funes todavía fue más allá y le achacó a los gobiernos de ARENA la crisis económica que está enfrentando el país, algo que le atribuyó a las “inadecuadas decisiones”.

“La responsabilidad por esta situación no es del pueblo salvadoreño, sino de la élite dirigente que estuvo hasta hoy en el poder”, insistió Funes en su primer discurso con la investidura de mandatario.

La migración de miles de salvadoreños que dejan el país para buscar nuevas oportunidades en Estados Unidos fue otro fenómeno que se le atribuyó al partido ARENA y a los ex gobernantes. “El problema no está en nuestro pueblo, en nuestra gente, sino en la mentalidad de los gobiernos y dirigentes que han conducido el país.” Más aplausos y rostros compungidos.