Día del profesional de informática – CONINFO 2010

Mauricio Enrique Ayala

Mauricio Enrique Ayala Joya recibirá un reconocimiento que lo acredita como el Profesional Informático del Año 2010 de la Asociación Salvadoreña de Profesionales en Computación (ASPROC). Esta es la séptima ocasión en que se otorga el premio, que será entregado el próximo 7 de octubre.

La comisión encargada de elegir al ganador, que fue seleccionado de entre cinco candidatos, indicó que se eligió a Ayala Joya por su aporte al desarrollo de la Sociedad de la Información en El Salvador.

Por Loyda Salazar / Internet.-

Cuéntenos sobre su trayectoria. ¿Qué ha pasado desde que comenzó hasta este momento en que ha sido nombrado el informático del año?

Fui parte de las primeras promociones de informáticos. La carrera en El Salvador, allá por 1978, era sumamente nueva. Yo la cursé en la UCA, donde la carrera tenía un año. Debido a la situación política de El Salvador, en ese momento no teníamos muchas opciones para poder estudiar, solo había tres universidades: Universidad de El Salvador, la UCA y la Universidad Albert Einstein.

Esta era una carrera nueva y decidimos tomarla como una carrera futurista. En ese momento, la computación no estaba muy desarrollada en el país. El alcance de los sistemas era solo para la gran empresa por los costos y la estructura que implicaba. Pero a ese campo se le veía futuro. Sin embargo, de 28 personas que ingresamos a la universidad, solo nos graduamos cuatro.

En ese tiempo estábamos en guerra y todo el equipo informático había sido declarado artículo de lujo, por lo que todo lo que ingresaba al país tenía que cancelar muchos impuestos, lo que elevaba su costo. Eso le produjo al país un retraso en el área de tecnología.

Los que salíamos de computación, los nuevos profesionales, los primeros del país, nos reunimos. Los 12 que estábamos –de la primera generación y de la nuestra, la segunda– decidimos reunirnos y crear una sociedad que velara por la carrera, ya que eran ingenieros industriales especializados los que estaban dominando el área, por lo que teníamos que velar por el terreno en que nos íbamos a desenvolver. Decidimos que debíamos velar por la carrera, tanto por nosotros como por los nuevos profesionales que surgirían. Así decidimos crear ASPROC.

En 1985 se fundó con la primera junta directiva. Se creó la personería jurídica en 1988, las bases y estructura organizativa, y eso se llevó a ratificar ante el Gobierno.

¿Qué puede compartir sobre su experiencia profesional en el campo de la informática?

Cuando me gradué, sentí que por la situación en que estaba el país debido al conflicto armado debíamos contribuir en el área de tecnología. En la U aprendimos a programar y cuando salimos a trabajar nos dimos cuenta de que lo que nos enseñaron, en el campo no pegaba, porque la carrera estaba orientada a la rama científica, y en la calle nos dimos cuenta de que eso había que adaptarlo a la necesidad de las empresas.

Mi primer trabajo fue en el Tribunal Supremo Electoral TSE, en un período de elecciones. Trabajé en el Registro Nacional, para que las personas pudieran votar.

Luego, recuerdo que el Gobierno de Estados Unidos estaba donando mucho equipo para la modernización del país. Entonces incursioné en un proyecto que iba a ser de mucha ayuda, porque se iba a crear la primera base de datos delincuencial de El Salvador. Nuestra ayuda iba a ser en el proceso como en la parte tecnológica.

Había mucho que hacer. Se contrató mucha gente para recabar los datos, porque no había nada. Nuestra misión era crear esa base delincuencial. Yo asumí el compromiso a pesar de que era difícil, pero alguien lo tenía que hacer. Tuvimos los equipos de punta de ese momento. Era un proyecto tan ambicioso que incluía a los cuerpos de seguridad y las fronteras.

Nosotros lo dejamos listo hasta la parte de cuerpos de  seguridad, pero al final no se terminó porque llegaron los Acuerdos de Paz y todos los aportes cambiaron, se ajustaron a la nueva realidad.

Entonces, decidí incursionar en otra área, que fue la de previsión social. Ahí estaba en juego toda la gama del sector de previsión. Ayudamos a establecer procesos. Se creó la Ley del Sistema de Ahorro de Pensiones (SAP), que es la que rige el sistema de pensiones de todo El Salvador y yo me pasé a esa institución de Gobierno.

Después me fui a la empresa privada. Toda la experiencia técnica la apliqué a la parte comercial de las empresas. Luego estuve como administrador general de la Academia Nacional de Seguridad Pública, donde estuve trabajando en la parte de la docencia,  formando personal. Y ahora ya regresé al área privada.

Siempre he desarrollado puestos gerenciales. Cuando llegué por primera vez a una gerencia me di cuenta de que tenía que complementar la parte técnica con la administrativa. Así que decidí estudiar una maestría en administración de empresas allá por 1994 aquí en el país.

En la docencia he ayudado mucho en las universidades. He estado en procesos de graduación, he dado cursos de informática y años después me  orienté a los seminarios de graduación porque quería ayudar a los muchachos a que hicieran trabajos orientados a tocar la proyección social mediante la informática y la parte de ayudar a las instituciones para que pudieran salir adelante con la tecnología de punta. Estuve en la UES, en la UCA, en la Tecnológica, en la Politécnica y en la Universidad Albert Einstein.

¿Cómo surge el congreso dedicado al gremio de informáticos?

Luego de tener los estatutos de la asociación, decidimos comenzar a divulgar el quehacer de ASPROC. Comenzamos con una serie de seminarios con los que podíamos ayudar a los socios y a los no socios del gremio de informáticos.

Además, recuerde que en esa época entraba al país el área de Internet, y todos queríamos escalar en ese campo porque veíamos que ese era el fututo de las nuevas tecnologías.

El auge de Internet implicaba muchos cambios, pero sobre todo un cambio de filosofía hacia un futuro regido por la comunicación. La comunicación en un sistema globalizado se vuelve parte de las empresas si quieren ser competitivas. Hoy es tan fácil hacer todo mediante los servicios de Internet.

Antes  todo era muy diferente. Incluso la forma de hacer las cosas. Hoy la comunicación es tan grande, incluso los niños tienen acceso a las computadoras de una forma natural, no es algo inducido. En casi todos los hogares hay computadoras. Esto se debe a otro fenómeno cultural que afectó el país: la migración. Esto se vuelve el mejor sistema de comunicación.

En torno a esto, se creó una iniciativa entre las empresas privada y el Gobierno. Se trató de los Infocentros, que buscaban llevar la tecnología a todos los sectores. Se buscaba fomentar la comunicación. Aún no existían las redes sociales, que es algo en lo que hemos avanzado en muy poco tiempo. La tecnología es una forma de acercamiento.

Cuando yo empecé, de 1979 a 1985, no teníamos acceso a nada. Cuando hicimos la tesis apenas llegaron las primeras computadoras portátiles a la universidad. Ahí nos dejaron usarlas con el fin de traspasar los nuevos conocimientos a las generaciones que nos seguirían.

Tras los Acuerdos de Paz hubo un incremento de la tecnología y la sociedad ya entró en el proceso de globalización, que implica estar conectado a cada momento en diversos ámbitos.

Incluso el nombre ha cambiado, antes se llamaba computación, luego informática y ahora se les dice TIC (Tecnologías de Información y comunicación). Se ha diversificado mucho el área. Hoy el informático es especialista: informática, equipo, bases de dato, infraestructura, seguridad, sistemas operativos, etc.

¿Cómo recibe el nombramiento de Informático del Año? ¿Qué significa para usted recibir este título?

Yo creo que es fruto de todo el esfuerzo que se ha hecho con ASPROC desde su nacimiento. Somos varios los que siempre hemos estado ayudando al gremio desde la asociación. Una de las iniciativas más grandes fue crear el Día del Informático, algo que ya fue declarado por la Asamblea Legislativa de El Salvador.

Este reconocimiento es el resultado de todo el largo camino que se ha tenido que desarrollar en pos de los profesionales de la computación, un camino enfocado a inculcar los valores éticos de la profesión.

¿Qué mensaje le daría a las nuevas generaciones de informáticos?

A las nuevas generaciones les digo que aún queda mucho trabajo por hacer. Se debe velar por mejorar las condiciones para el gremio, por defender sus derechos y sus valores, por abonar al proceso de introducción de la sociedad a la globalización.

Deben asumir el compromiso de velar por la asociación y velar por los objetivos de la carrera y, sobre todo, aportar a la sociedad salvadoreña. Unidos podemos generar mayor fuerza para ayudarle al país.

Lo más importante que yo les diría es que se desarrollen dentro de valores, con ética profesional y que se focalicen en el trabajo que les encomiende, que sean persistentes y que jamás dejen de estudiar porque la tecnología va avanzando a pasos agigantados y en algún momento nos puede dejar, y eso no le conviene a uno como persona ni le conviene al país.