El Ballet Folclórico Nicaragüense se presentó la noche del sábado en una actividad especial organizada por la Alcaldía de San Salvador.
El marco del Bicentenario del Primer Grito de Independencia resultó propicio para hermanar a Nicaragua con El Salvador a través de la danza. La noche del sábado se presentó en la capital el Ballet Folclórico Nicaragüense, que trajo toda la vistosidad de sus trajes y danzas para los salvadoreños.
La actividad formó parte de la denominada tarima cultural, una de las tantas actividades organizadas por la Alcaldía de San Salvador para conmemorar el
Bicentenario.
“Compartimos todos unas ansias de libertad, igualdad y de independencia de la corona española y ahí nos hermana el mismo sentimiento de rebeldía contra el sincretismo cultural”, explicó Ronald Abud Vivas, director del ballet.
Es la tercera vez que se presentan en la capital en un intercambio cultural: “Somos hermana república, hemos traído el sentimiento de Nicaragua y creemos que este inicio del intercambio cultural es muy sano, porque los pueblos a través de su cultura es como se hermanan”.
Ante la destreza y agilidad de los bailarines en cada coreografía, el público correspondía con sus palmas. Al finalizar su presentación, el Ballet Folclórico Nicaragüense fue despedido con un prolongado aplauso de pie de parte de los asistentes.