HASTA SIEMPRE. Karol Wojtyla, el Papa que cambió el rostro de la Iglesia Católica, e incluso el mapa geopolítico mundial, ha partido "a su último viaje"..
A la 1.37 de la tarde de hoy
FALLECE JUAN PABLO II
Redacción de Mundo
internet@laprensa.com.sv

El Papa falleció a las 9:37 de la noche, hora de Italia (1.37 de la tarde, hora salvadoreña). La noticia ha causado resignación en todo el mundo, que seguía atento su agonía.

La posible sucesión

Una larga pasión

Los últimos meses
Abril 2. (2:00 p.m.) La muerte del Papa Juan Pablo II ha sido comunicada a los fieles presentes en la Plaza de San Pedro, que la han acogido con profundo pesar.

La noticia ha llegado mientras unas 40,000 personas rezaban el Rosario para acompañar al anciano Pontífice en los últimos momentos de su vida.

A los pocos minutos han comenzado a repicar a muerto las campanas de la Basílica de San Pedro.

El secretario de Estado vaticano, Angelo Sodano, ha entonado el "De Profundis" y posteriormente ha recitado una plegaria ante los fieles, muchos de los cuales lloraban.

Los prelados que se encuentran en la escalinata de la Basílica de San Pedro han invitado al silencio para "acompañar al Papa en sus primeros pasos al cielo".

La noticia de la muerte fue comunicada en la Plaza de San Pedro a las 22.00 hora local.

"El Santo Padre ha muerto esta tarde a las 21,37 horas (18.37 GMT) en su apartamento privado. Se han puesto en marcha todos los procedimientos previstos en la Constitución Apostólica Universi Dominicio Gregis, promulgada por él el 22 de febrero de 1996", dijo Navarro Valls.

Los últimos minutos

Por la mañana, Navarro Valls, aseguró emocionado que "a veces cierra los ojos y a veces vuelve a abrirlos" y "cuando oye hablar, a veces reacciona".

Durante ese período en que la Iglesia católica no tiene un pontífice, el camarlengo papal es el funcionario más importante del Vaticano.

Según prescribe el ritual, destruye los símbolos de la autoridad papal: el anillo del pescador y los cuños empleados para sellar las cartas apostólicas. Sella el dormitorio y estudio del Papa fallecido, se hace cargo de la propiedad de la Santa Sede y hace los arreglos del funeral y del cónclave en el que el Colegio de Cardenales escogerá un nuevo pontífice.

Los cardenales gobiernan la Iglesia hasta la elección del nuevo Papa, pero sus poderes son limitados.

Casi todos los cardenales que dirigen departamentos del Vaticano, incluyendo el poderoso secretario de estado, pierden sus cargos a la muerte del Papa.


Multitud en Roma Llora por él

En sus últimas horas, Juan Pablo II se mantuvo sereno y en calma, rodeado de sus médicos.

Una multitud calculada en 40 mil personas, congregadas en la plaza de San Pedro echó a llorar al solo conocerse la noticia del fallecimiento de Juan Pablo II.

El rezo del rosario fue interrumpido por el anuncio, seguido de inmediato por el tañir de las campanas de la basílica, que esparció la noticia por toda Roma.

Horas antes del fatal diagnóstico, el presidente de la Asociación Nacional de Anestesistas Hospitalarios italianos, Vincenzo Carpino, afirmó que el parte médico “no dejó lugar a la esperanza”.

Tras unos minutos de profundo silencio, tal y como solicitaron los prelados que están en el lugar, los fieles contemplaban con incredulidad las ventanas del tercer piso del Palacio Apostólico del Vaticano, donde se encuentra el apartamento papal, y que se mantenían encendidas.

Algunos se han alejado de la plaza sin hablar y con lágrimas en los ojos, mientras otros, arrodillados, golpeaban el suelo con los puños en un gesto de rabia e impotencia.

Despedido como vivió

El pontificado de Juan Pablo II se cerró como un círculo: el Papa de la gente recibió una despedida multitudinaria al final de su larga agonía.

Juan Pablo II recibió el tributo, los homenajes y los elogios que habitualmente los vivos reservan sólo para los difuntos.

La prolongada agonía del octogenario Papa polaco llegó a las pantallas de televisión de todo el mundo, a las que de forma permanente estuvo asomado su pontificado.

Muchos de los fieles que están desfilando bajo su ventana en la Plaza de san Pedro le consideran ya un santo, al igual que sucedía con una de sus devociones contemporáneas, la Madre Teresa de Calcuta.