La posición de Mauricio Funes al condenar la violencia preelectoral, abriendo la puerta a que se investigue y sancione a los responsables, aunque sean de su partido, es una muestra importante de sensatez que debe prevalecer en estos días en que se respira muchísima intolerancia, especialmente de gente de izquierda. Los insultos y la rabia que llueven en correos y blogs son una muestra de la violencia interna que muchos llevan dentro y que nos puede llevar a perder lo conquistado: paz y respeto.
Asusta la violencia desmedida en las calles de Managua, después de un burdo fraude electoral. Un reconocido intelectual nicaragüense dice: “Aquí estamos al borde de la guerra”.
Con todo y las carencias que tiene el país, aparte de los progresos en diferentes áreas, lo que más debemos valorar es la paz, la libertad total de que gozamos, de movimiento, de expresión, de congregación, de todo. Eso es algo conquistado y forjado por todos, pero es frágil, si no sabemos cuidarlo lo podemos perder… y ya vimos cuánto cuesta recuperarlo.
Siendo alguien que coincide con lo expresado por la dirigencia del Frente —combate a la pobreza y la desigualdad— aunque difiera en los medios para alcanzarlo, me siento con la confianza y la autoridad moral para hacerles una petición en nombre del país: cordura y sabiduría, porque en sus manos está aconsejar prudencia y tolerancia, o fomentar lo contrario y descarrilar el tren social.
Las expresiones ofensivas y agresiones escritas o verbales que sufren constantemente los comunicadores, cuando hay algo que no favorece o en la percepción de algunos, ataca a su candidato o a su partido, son de una ferocidad y volumen que hacen presagiar lo peor.
Está claro que los líderes pueden influenciar positiva o negativamente el desborde de las bases violentas. Algunos ejemplos, tenemos días de no ver manifestaciones encabezadas por dirigentes… Después del asesinato del J5, las estructuras vinculadas hicieron mutis. Pero ahora, fomentan una hoguera de grandes proporciones al descalificar toda encuesta que muestre una diferencia menor que las más amplias. En Estados Unidos, una semana antes de la elección, las encuestas daban rangos de ventaja a Obama entre 2% y 15%, y nadie descalificó ningún resultado; comprendieron civilizadamente que eso sucede.
Igual que Mauricio Funes hace bien en condenar la violencia, hace mal en descalificar a los medios cuando le incomodan las preguntas que le hacen, especialmente habiendo sido entrevistador agresivo por 20 años. Peor aún, al sugerir que si perdiera, que es una posibilidad, habría fraude. Si tiene hechos concretos que denunciar, que proceda, la sociedad lo acompañará.
Pero en abstracto, con todos los antecedentes mencionados, eso es preparar un escenario similar al de Managua con solo que el conteo se atrase un poco, Dios nos salve si no gana. Si Mauricio y la dirigencia del Frente se sienten preparados para gobernar, deben mostrarlo defendiendo la paz y la libertad conquistadas predicando tolerancia, no fomentando violencia, eso no les resta posibilidades de ganar.
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