El reloj de los asistentes marcaba las 4:15 de la tarde. Dos cafeteras les ayudaba a aliviar la espera. Así, entre café y café, el maestro de ceremonia anunció que había llegado la hora. Sonó la primera marcha nacionalista y con ella entró el COENA. César Funes encabezó ese ingreso, seguido por ocho dirigentes más. Se sentaron. El maestro de ceremonia anunció el segundo ingreso. Se trataba de los tres ex presidentes de la República y del presidente actual. Sonó por segunda vez la marcha arenera. La concurrencia volvió a sacar su voz para cantar. Y esta vez lo hizo más fuerte. En tanto, el candidato a la presidencia, Rodrigo Ávila, esperaba apoyado en una puerta de vidrio el momento de su entrada. A su lado, su esposa, Celina. Detrás de él, su compañero de fórmula. Hasta que les llegó su hora. Sonó por tercera vez la marcha nacionalista, y después una porra del público para su candidato. Ávila fungió como anfitrión, saludó a los que ocuparon las 15 sillas y provocó aplausos para los tres ex presidentes y para Antonio Saca. Este último se robó la mayoría. Incluso, puso de pie a casi todos los asistentes, un efecto no logrado por sus antecesores. Después de los aplausos, sonó por cuarta vez la marcha nacionalista. El mismo candidato a la vicepresidencia, Arturo Zablah, empuñó su mano derecha para cantar “patria sí, comunismo no”, y fue así que después de cuatro marchas y de aplausos, Ávila resumió su llamado: “Hay que jalar lo carreta en una sola dirección”.
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