¿Puede ganar las elecciones el FMLN? Sí. ¿Será una verdadera catástrofe para el país esa victoria? Lo más seguro, no. ¿Puede ganar ARENA? Sí, también, aunque de momento lo tenga más cuesta arriba. ¿Si gana ARENA habrá un retroceso sistemático de gobernabilidad y de desarrollo social durante los próximos 5 años? Tampoco es probable. Escrito por José María TojeiraLos escenarios del futuro próximo, lanzados a la luz pública por simpatizantes de los partidos, tienden a señalar los aspectos más tremendistas e improbables.”
Los escenarios del futuro próximo, lanzados a la luz pública por simpatizantes de los partidos, tienden a señalar los aspectos más tremendistas e improbables. En estos tiempos de elecciones las predicciones de catástrofes, fraudes, autoritarismos de un signo u otro, gobiernos gobernados por poderes externos, se multiplican como parte de la propaganda política. Y van creando, desafortunadamente, los esquemas de interpretación del futuro próximo. Una tontería de un ministro del FMLN se verá automáticamente, en ese contexto, como una crisis institucional. Y una boconada de un ministro de ARENA como una justificación de que vamos de mal en peor.
En realidad la elaboración de escenarios de futuro es interesante, porque permite planificar la acción ciudadana, y, por supuesto, la acción de los partidos, sean gobierno u oposición. Pero en los tiempos previos a las elecciones casi nadie construye escenarios realistas. La pasión política ciega demasiado y la situación de crisis internacional que nos influye tampoco ofrece razones para el optimismo. Sin embargo, es importante que el ciudadano común pueda vislumbrar escenarios realistas de futuro. En parte para liberarse de miedos y paisajes apocalípticos, y en parte también para preparar su propia acción ciudadana.
Los escenarios más realistas son los que contemplan lo positivo de cualquier partido que acceda al poder y, simultáneamente, describen las derivas negativas que puede tener al gobernar.
El FMLN tiene un buen programa político, con un diseño interesante de política social y planes creativos para mejorar servicios públicos esenciales. Pero tiene también derivas negativas que se deben contemplar: la tendencia al autoritarismo, el exceso de ideologización —que en ocasiones le impide ver clara y adecuadamente la realidad—, el deseo en algunos de resarcirse y vengarse de aquellos a los que consideran enemigos, son algunas de sus posibles derivas negativas.
ARENA insiste en sus propósitos de acrecentar su dimensión social y en su experiencia de gobierno. En su defensa de la libertad y en su buena relación con el mercado. Pero tiene también sus derivas. Su tendencia a apoyar al gran capital la puede mantener en la perpetuación de un sistema de desarrollo desigual, negativo para el país y que ya cansó a la gente. La corrupción está arraigada en algunos círculos del partido y persiste la tentación de autoritarismo ante situaciones adversas.
El ejemplo es simple, pero la construcción de escenarios en base a datos más completos que los expuestos es siempre útil. Estudiando lo positivo y las derivas negativas, la ciudadanía, la oposición, los sectores económicos y la sociedad civil pueden aportar según sus gustos, reforzar lo positivo y criticar, pedir explicaciones, insistir en los límites frente a las derivas malignas, evitando que se conviertan en problema nacional.
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