La marcha de ARENA no sonó en Arcatao

Arcatao, el municipio que vio nacer a la actual alcaldesa capitalina por el FMLN, Violeta Menjívar, le dio una fría bienvenida al candidato presidencial de ARENA, Rodrigo Ávila, quien no se atrevió a tocar el himno de su partido por temor a provocar a los simpatizantes del FMLN y generar un enfrentamiento violento.
Escrito por Alexandra Bonilla

Con previo aviso, los alcaldes de los municipios de Nueva Trinidad, San José Las Flores y San Antonio Los Ranchos le habían advertido al director departamental de ARENA, José Rigoberto Mejía, a través de una misiva, que no se hacían responsables de daños o disturbios que se podrían generar durante las actividades proselitistas. Los munícipes también prohibieron cantar el himno de ARENA y realizar pinta y pega de cualquier tipo.

Con esta advertencia en mente, Ávila se paró en las gradas del Agro Ferrocentro San Francisco, justo enfrente de la plaza de Arcatao, para dirigir su mensaje a un pequeño grupo de personas, y especialmente a niños que venían de otros municipios. El aspirante a la presidencia, incluso, le pidió a las personas de Arcatao que habían llegado vestidos de rojo y con camisas de Mauricio Funes que dejaran a un lado las diferencias y no buscaran pleitos. No sonó la marcha arenera.

Mientras Ávila hablaba, un joven con una camisa con el rostro de Funes lo miraba fijamente desde lejos. “Yo estoy aquí para que vea que aquí somos rojos. Los dirigentes del partido nos dijeron que no hiciéramos nada, que no los provocáramos, pero yo quería que él viera que aquí somos colorados”, dijo el joven. Pero él no fue el único que le hizo un boicot silencioso a Ávila. Otros, en lugar de buscar pleitos, prefirieron no salir de sus casas.

Justo a la par del lugar donde Ávila dio su mensaje, en la farmacia San Antonio, las luces estaban apagadas y las puertas cerradas. Pero adentro, en la oscuridad, Gerardo Menjívar, padre de la alcaldesa capitalina, intentaba obviar la presencia de los tricolores en su municipio.

Las molestias por la invasión de los areneros en territorio rojo se hizo sentir a lo largo del recorrido de la caravana.

En los demás municipios, ARENA se atrevió a tocar la marcha de su partido. El alcalde de Nueva Trinidad, José Raymundo Alas, observaba cruzado de brazos desde la puerta de la alcaldía cómo ARENA violaba las condiciones que había puesto. “Yo sé que ellos pueden decir que eso (no cantar el himno) es coartarles la libertad de expresión, pero eso que ellos dicen, que es ‘la tumba donde los rojos terminarán’, eso, eso una amenaza”, aseguró el edil.

Al finalizar el discurso de Ávila, la marcha arenera volvió a sonar, pero la caravana de ARENA partió rápidamente a San José Las Flores, no sin antes tomar la decisión de desviar la ruta y evitar pasar por el parque central del municipio, que estaba tapizado y pintado con propaganda del FMLN y Mauricio Funes. A la orilla de la calle, los areneros improvisaron un minimitin que duró 20 minutos y reunió a una veintena de pobladores. La tienda y la panadería más cercana cerraron sus puertas al ver llegar la caravana tricolor. “Aquí para ARENA, ni baños hay”, refunfuñó un señor a una periodista que pidió usar un baño.

En San Antonio Los Ranchos, la simpatía por el FMLN no se escondió, y los pobladores, en especial los niños, portaban camisas nuevas patrocinadas por el alcalde Otilio Serrano.

A pesar de algunos insultos y un par de empujones, los areneros salieron del bastión del FMLN sin golpes ni raspones.

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