Tres ex cancilleres de El Salvador coinciden en su optimismo ante la elección de Barack Obama como presidente. Esperan que ejerza un nuevo liderazgo mundial que ayude a reformar el sistema financiero, base su relación con América Latina en criterios no ideológicos y atienda el tema de la migración.Francisco Esteban Laínez
Uno de sus grandes retos, estando ya en la presidencia, va a ser decidir si va a controlar
las instituciones o si las va a liderar.”“No veo en este momento América Latina como una prioridad o por lo menos no ha habido señales de que lo va a ser.”
Profesión:
Licenciado en Administración de Empresas. Tiene una Maestría en Finanzas.Política:
Fue canciller de la República del 1.º de junio de 2004 a enero de 2008. Dejó el cargo para participar como precandidato a la presidencia por su partido, ARENA.Otros cargos:
Fue presidente ejecutivo y gerente general de Laboratorios Laínez. Gerente de Créditos y Finanzas de la Agencia Internacional para el Desarrollo (AID).Óscar Santamaría
La política exterior (salvadoreña) hay que innovarla.
Habrá que hablar de una nueva época en materia de políticas públicas.” “Esperaría que (Obama) pueda dar a la comunidad internacional la tranquilidad de que vamos a tener un aliado más.”
Profesión:
Doctor en Jurisprudencia y Ciencias Sociales. Además tiene un posgrado en Derecho Laboral.Política:
Fue canciller durante la administración de Alfredo Cristiani (1989-1994). Es miembro del COENA.Otros cargos:
Jefe de la Comisión Gubernamental de Diálogo para las Negociaciones de Paz con el FMLN en 1992. Secretario del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) de 2000 a 2004.Héctor Dada Hirezi
Ser la potencia más grande en una economía globalizada no quiere decir que (EUA) ha aceptado la lógica de globalización.”
“(Veo positivo) que haya sido claro su triunfo, porque EUA necesitaba salir con un liderazgo claro de este proceso electoral.”
Profesión:
Doctor en economía e ingeniero civil.Política:
Fue ministro de Relaciones Exteriores de 1979 a 1980, como miembro de la primera Junta Revolucionaria de Gobierno.Otros cargos:
Fue regidor de la comuna capitalina de 1997 a 2003 en representación de Iniciativa Ciudadana, con Héctor Silva como alcalde. Desde 2003 es diputado de la Asamblea Legislativa. Además, es secretario general del partido Cambio Democrático.
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Después de llegar a la Casa Blanca entre titulares que invocan a un cambio histórico, el nuevo presidente estadounidense tendrá que disipar las dudas que han llegado de la mano de la expectativa. Pero eso llevará tiempo. Para nutrir la espera, LA PRENSA GRÁFICA pidió a tres ex cancilleres de la República su análisis y pronóstico sobre el gobierno del demócrata Barack Obama y sus efectos en El Salvador, Latinoamérica y el globo entero.
Pese a sus diferencias de edad y pensamiento político, Francisco Laínez, Óscar Santamaría y Héctor Dada Hirezi, expertos en relaciones internacionales, coinciden en su optimismo sobre lo que logrará el presidente electo de Estados Unidos. Consideran que la relación con América Latina será en esta administración más racional, y descartan que la victoria demócrata vaya a afectar al resultado de la elección presidencial de 2009 en El Salvador. Coinciden también en los retos a los que se debe enfrentar, empezando por la crisis económica, su principal prioridad.
Dada destaca de partida la difícil tarea de introspección que, según él, tiene Estados Unidos para impulsar cambios y soluciones. “Tienen que aceptar la lógica de la globalización. Ser la potencia más grande de una economía globalizada no quiere decir que psicológicamente los norteamericanos han aceptado la lógica de la globalización”, precisa, en referencia a las medidas proteccionistas estadounidenses y su negativa a asumir como natural la fuga hacia otros continentes de puestos de trabajo en sectores tradicionales.
Según los participantes, la crisis actual y el cambio de la dinámica económica global están pujando por una modificación, si no del sistema, sí de sus instituciones y esperan que Obama se ponga a la cabeza de este movimiento.
“Estamos en una era de grandes oportunidades para reformar con sensatez aquellas instituciones que pueden ayudar a que la situación económica esté mejor controlada, mejor vigilada”, asegura Laínez. “La crisis nos da esta oportunidad, porque generalmente cambiar a estos monstruos es dificilísimo. Ahora están obligados a tener apertura, pero va a ser un proceso”, dice en referencia a la posible apertura de espacios para economías emergentes en instituciones como el Fondo Monetario y el Banco Mundial.
Dada coincide en este punto: “Es un reto repensar el mundo. Se necesitan aparatos internacionales a escala universal que sean capaces de actuar sobre la economía, no solo de la manera que la organización mundial de comercio, que está desregulando. Tiene que haber aparatos reguladores frente a diversos temas”.
“Uno de sus grandes retos (de Obama) va a ser decidir si va a controlar las instituciones o si va a liderar las instituciones. Y su gran reto es convertirse, con el gran peso que tiene, en alguien que lidere y no que domine”, agrega Laínez.
Santamaría también es optimista ante el papel que jugará en la reforma del sistema financiero mundial: “Esperaría que siendo un nuevo líder pueda comportarse con el grado de visión con que lo ha hecho (en la campaña) y pueda dar a la comunidad internacional la tranquilidad de que vamos a tener en Estados Unidos un aliado, un socio más con un nuevo manejo y enfoque de la geopolítica mundial, sobre la base de la búsqueda de acuerdos multilaterales, en vez de imponer el sello unilateral”, dice en velada crítica a la política exterior del presidente George W. Bush.
Migración
En lo que toca a los intereses directos de El Salvador, los tres concuerdan también en que esa búsqueda de solución a la crisis económica estadounidense deberá ir de la mano de una reforma migratoria. “No lo pueden posponer”, asegura Dada.
“Ellos tienen una situación económica que no es derivada o generada por los migrantes”, señala Laínez. “Resolver la situación económica por la que atraviesa Estados Unidos va a conllevar resolver el tema laboral de los indocumentados”, dice, bajo la lógica de que la disminución de empleos en Estados Unidos les llevará a la necesidad de definir mejor cuáles son los empleados extranjeros que necesitan.
Dada, que coincide en que la reforma será una prioridad, matiza sin embargo que el proceso de regularización vendrá de la mano con medidas de control y castigo más duras para los nuevos migrantes, mientras que la misma crisis y reducción de empleos hará que migrantes latinos busquen opciones fuera de Estados Unidos. Laínez lo matiza. Augura, en este contexto, un menor flujo de latinos hacia este país.
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