De los 4 mil votantes residentes en el exterior que esperaba el TSE en el estadio “Mágico” González, a las 2 p.m. sólo habían acudido 201 votantes.

Carlos Chávez

Más observadores que votantes. Ese fue el escenario en el centro de votación para salvadoreños residentes en el exterior que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) instaló en el capitalino estadio Jorge “Mágico” González.

En la historia electoral contemporánea, esta es la primera vez que El Salvador toma esta disposición para los salvadoreños que viven fuera del país. El colegio electoral colocó 10 urnas para este segmento de la población.

Un total de 39,463 obtuvieron su Documento Único de Identidad (DUI) en el extranjero. De este grupo, el TSE esperaba que unos 4 mil se iban a presentar a votar. A las 2 p.m. solo 201 salvadoreños habían votado, equivalente al 0.5% del registro electoral.

Walter Araujo, presidente del TSE, visitó durante la mañana el

estadio. Un salvadoreño que vino desde San Francisco, California, lo

abordó. “Ojalá el futuro gobierno permita votar en el extranjero. Nosotros inyectamos más de $3,000 millones a la economía, es justo ¿no?”, le comentó el compatriota.

Araujo le dijo que al menos este era “un primer paso” hacia eso.

Miguel Ramírez, representante del Centro Hispano Cuscatlán en Nueva

York también se quejó. “Nos preocupa la democracia. Pero no me parece

que tengamos que recorrer miles de kilómetros para votar. Muchos de

los que tienen DUI viven ilegales en Estados Unidos y no pueden venir

a votar. Y los que están legales atraviesan una dura crisis económica”.

Otros salvadoreños dijeron que al menos TACA puso a disposición vuelos entre Estados Unidos y El Salvador a precios accesibles para facilitar el ejercicio del voto.

Al menos siete salvadoreños, que viajaron desde Estados Unidos, no

pudieron votar. Uno de ellos fue Ramón Cardona, quien casi llora ante la imposibilidad de ejercer el sufragio. Cardona viajó desde Los

Ángeles, California, y le fue denegado el derecho a votar porque renovó

su DUI y cambió su dirección domiciliar estadounidense por una local.

Walter Araujo había explicado que solo votaría en el estadio Mágico González aquellos salvadoreños con DUI y dirección extranjera.

Ramón abordó a la canciller, Marisol Argueta, a quien le explicó desconsolado:  “En un Dui-centro de Los Ángeles me dijeron que si quería ahorrarme los $35 del valor del DUI, que lo sacara en El Salvador. Ahora resulta me salió más caro: pagué más de $450 por el pasaje del avión. Y no pude (votar)”, explicaba desconsolado.

La canciller le detalló que no pudo votar porque hizo el trámite de cambio de residencia “fuera de la fecha límite”.

Para Óscar Luna, procurador para la Defensa de los Derechos Humanos, detecto algunos fallos. “Fallaron los mecanismos de información del TSE en el extranjero. Por eso se generaron algunos incidentes”.

La jornada electoral en el estadio transcurrió con relativa calma. Aunque se criticó al TSE porque al abrir urnas una gran cantidad de papeletas se encontraron dañadas. El estadio tenía una fuga de agua que dañó parte de las más de 39 mil boletas.

Al final, las 4,000 papeletas y más de 30 observadores resultaron casi demasiada. Los votantes llegaron a cuenta gotas.