Eran las 6:30 de la mañana cuando los magistrados del Tribunal Supremo Electoral (TSE) llegaron a la plaza central del Museo Nacional de Antropología (MUNA) para dar por inauguradas oficialmente las elecciones presidenciales frente a un grupo de observadores internacionales y autoridades de la Fiscalía y la Procuraduría General de la República.
Una vez dado el banderillazo de salida, el presidente del TSE, Walter Araujo, junto a una comitiva hicieron un breve recorrido por las instalaciones del centro de votación más grande de la capital, ubicado en el Centro Internacional de Ferias y Convenciones (CIFCO), donde aseguró que el inicio de la jornada se había dado sin mayores inconvenientes. Y así se mantuvo el resto del día hasta el cierre de las votaciones, alrededor de las 5 de la tarde.
Una leve llovizna matutina sorprendió a los electores madrugadores en diferentes municipios del país y obligó a los organizadores del evento a mover algunas urnas de votación, pero sin mayores retrasos para los votantes.
En los principales centros de votación de San Salvador, como el Centro Escolar Doroteo Vasconcelos, de Ayutuxtepeque; el Centro Escolar Edelmira Molina, de Ciudad Delgado; y el Complejo Deportivo Famoso Hernández, de Soyapango, las irregularidades presentadas eran menores, como que la foto del padrón electoral no coincidía con la del DUI, pero en la mayoría de los casos el problema era solventado por las juntas receptoras de votos.
Sin embargo, la transparencia del proceso electoral se vio empañado después del mediodía en el Instituto Nacional Francisco Morazán y el Albert Camus, pues se aprehendió a personas que presuntamente eran salvadoreños portando DUI de Metapán, en Santa Ana, pero que por una confusión dijeron haber terminado en esos centros.
Los dos votantes, quienes no fueron identificados por la Policía, fueron interrogados por miembros de FMLN sobre su procedencia, y ellos dijeron ser hondureños que habían sido contratados por el partido ARENA para que votaran en el país a cambio de $27.
La Fiscalía dijo que abriría un expediente en contra de los detenidos, sin entrar en detalles sobre los delitos investigados.
Santa Tecla y Antiguo Cuscatlán, dos municipios bastante definidos políticamente por la larga trayectoria de sus alcaldes, Óscar Ortiz y Milagro Navas, también estuvieron bastante tranquilos, a pesar de la afluencia masiva de votantes.
Para Walter Araujo, la situación en los centros de votación de todo el país fue “bastante satisfactoria”, a pesar de las problemáticas registradas, al igual que para el ministro de Seguridad Pública y Justicia, René Figueroa, quien dijo desconocer de incidentes grandes que dejaran personas detenidas.
Figueroa manifestó que en la mayoría de los casos se trató de solventar los problemas que surgían en las mismas mesas de votación o con la colaboración de los delegados de la Fiscalía o la Procuraduría, quienes reportaban a la hora de cierre al menos el reporte de 15 incidentes por cada uno de los centros de votación de San Salvador.
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