Los datos fríos muestran que casi un 40% de los salvadoreños aptos para votar no asistió a las urnas. Esto puede interpretarse a simple vista como apatía electoral, pero las razones del ausentismo son variadas.

Un ejemplo de ello es Blanca de López, de 32 años, quien con su hija, Roxana López, de 14, se dedicaron a la venta de minutas y sorbetes en la capital.

Ser originaria de San Miguel y tener su DUI registrado en dicho departamento fue una de las razones por las que no participó en las elecciones presidenciales, y afirma que lo mismo le pasó en enero, con las elecciones municipales y de diputados.

“Gasto como $8 si voy a votar, así que mejor me quedo a vender para ganar algo”, contó Blanca. La distancia también fue razón para que Vily Esequiel Castro, de 23 años, no votara. Como vigilante privado su temor es que el nuevo gobernante elimine a las empresas de seguridad, pero aseguró que es importante emitir el voto por el bien del país. Eugenio Chicas, magistrado del TSE por el FMLN, indicó minutos antes de cerrarse las urnas oficialmente que la participación ciudadana había sido exitosa: “Ha sido un excelente proceso electoral, ha habido un participación muy cívica de la población”.