Calificación BB+
Standard & Poor’s ha otorgado a El Salvador la calificación de BB+, la más alta en la categoría de grado especulativo, pero superior a escala centroamericana.
Esa posición estaría apuntalada por la estabilidad monetaria, la trayectoria y el compromiso con políticas macroeconómicas prudentes.
También incidirían las reformas estructurales y un sistema bancario fuerte y bien regulado en comparación con el resto de países en la región.
Pero indicadores sociales débiles (educación, tecnología y brechas en la capacitación), así como los altos índices de delincuencia, limitan las perspectivas económicas.
En 2008, Standard & Poor’s revisó la perspectiva de las calificaciones de El Salvador a negativa de estable. La perspectiva de una calificación indica su dirección probable en los dos años siguientes.
El gane del FMLN en las pasadas elecciones presidenciales es visto por la firma calificadora de riesgos Standard & Poor’s (S&P) como una oportunidad para que el país supere sus problemas estructurales y garantice una recuperación en su crecimiento económico.
En un reporte especial, publicado a raíz de los resultados de los comicios del 15 de marzo, S&P advierte, sin embargo, que esto dependerá de la rapidez con la que el FMLN culmine el proceso de transición del poder, y de la orientación y efectividad de las políticas económicas que aplicará.
La firma asegura que la transición política será difícil y creará tanto riesgos como oportunidades para el nuevo Gobierno y el país. Aclara que los resultados de la elección no tienen un impacto inmediato sobre las calificaciones, pero que “observará de cerca las tendencias de las políticas y el diseño de las mismas que resultará de esto”.
“En general, la plataforma del FMLN es práctica y sólida cuando se trata de ideas, pero resulta vaga en lo específico de su implementación. La calidad en el diseño de las políticas dependerá del éxito que tenga el partido en algunas áreas”, afirma.
S&P considera que estas áreas clave incluyen una política fiscal prudente, el cumplimiento de las promesas económicas y sociales de la campaña, y “garantizar relaciones transparentes y de cooperación con el sector empresarial y la oposición para atender los desafíos económicos”.
Según la perspectiva de la firma, el logro de estos objetivos podría contrarrestar el deterioro que se prevé en la situación macroeconómica del país para los próximos dos años y, por tanto, “podría contribuir a respaldar la calificación de BB+”. Sin embargo, si el enfrentamiento político entre ARENA y el FMLN no se resuelve o si el FMLN persigue políticas que no contengan el reciente deterioro fiscal o que socaven los avances previos en la estabilidad macroeconómica, “revisaremos las calificaciones para una posible acción negativa”, advierte.
¿Cómo afectan los resultados de las elecciones el entorno para las políticas y el riesgo político del país? En el corto a mediano plazo, El Salvador se enfrentará a los desafíos asociados a la transición política, sostiene el reporte. “Uno de los riesgos a corto plazo es la velocidad del período de transición hacia el nuevo Gobierno”, enuncia.
La entidad contrasta, por una parte, la falta de experiencia política de Funes con la “sólida trayectoria de gobierno municipal” del FMLN.
Advierte que una demora en el diseño de las políticas será de especial preocupación en medio de la situación económica actual, ya que se espera un mayor impacto de la desaceleración de Estados Unidos sobre El Salvador en 2009.
“A la larga, la alternancia en el poder constituye un importante factor positivo para la calificación crediticia con base en nuestro supuesto de que el FMLN perseguirá una plataforma moderada y que la continuidad de las políticas contribuirá a consolidar el sistema democrático de El Salvador”, asegura la firma, y menciona como ejemplos a México y Brasil, donde la alternancia de partidos ha fortalecido las instituciones políticas, ha dado “confianza a la continuidad de las políticas, favorece el clima de inversión y genera un crecimiento económico más sólido”.
Por otra parte, S&P reconoce que el período electoral provocó mucha ansiedad en cuanto a las tendencias del FMLN, a pesar de que Mauricio Funes se presentó como un izquierdista moderado, al estilo de Brasil. Para la calificadora hay que tomar en cuenta que el presidente electo ha hablado sobre la continuación de las políticas orientadas al mercado, incluyendo el apoyo al Tratado de Libre Comercio de Centroamérica y la República Dominicana (CAFTA), la dolarización y una mayor promoción a la exportación y a las inversiones.
“Su equipo entiende la importancia de mantener buenas relaciones con Estados Unidos, dados los importantes vínculos económicos y financieros entre los dos países. Standard & Poor’s considera que el gobierno de Funes no pondrá esto en peligro”, agrega.
La actual desaceleración económica representa el principal reto para el nuevo Gobierno, asegura el reporte. La plataforma del “Gobierno del cambio” de Funes tiene tres grandes objetivos: sacar a El Salvador de la crisis económica y social, promover el desarrollo, y construir y consolidar la democracia y el Estado de derecho.
Pero S&P señala que el FMLN deberá priorizar qué acciones impulsará, puesto que encontrará las finanzas del país con una limitada flexibilidad fiscal y crecientes presiones externas.
“El primer paso sería aclarar las medidas específicas para hacer frente a la crisis económica, lo que infundirá confianza entre la población y entre los inversionistas locales y externos”, afirma.
Para Mario Magaña, director de asuntos económicos y comerciales de la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador,
el principal reto que se enfrenta en materia económica es revertir la desaceleración económica, que está impactando negativamente sobre la capacidad de generación de empleos del aparato productivo, sobre los niveles de recaudación del fisco y, por ende, sobre la “la capacidad para responder con políticas anticíclicas”.
“Es crucial lograr los entendimientos necesarios para trabajar propuestas serias y responsables que nos permitan aliviar la difícil situación que están enfrentando muchos hogares”, aseguró Magaña.
Waldo Jiménez, director de asuntos económicos y sociales de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), asegura que los desafíos económicos que enfrentará Funes incluyen la generación de empleos, el apoyo al sector privado a través de la disponibilidad de créditos, el aumento de la productividad y un manejo adecuado de la situación fiscal del país.
“La modernización del sector público, el uso de tecnología y la modificación a la legislación son los aspectos que tienen menor costo y que contribuirán a un significativo aumento de los ingresos tributarios dada la mayor actividad empresarial”, agregó.
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