“Tenemos que ser conservadores en el tema del gasto: pago de salarios, subsidios.”

William Hándal, ministro de Hacienda

“Hemos encontrado que en el financiamiento la situación es peor de lo que esperábamos.”

Héctor Silva, equipo de trabajo de presidente electo

La eliminación del subsidio para los consumidores arriba de 99 kilovatios, deudas ministeriales de hasta $10.8 millones con proveedores, el atraso en las devoluciones del pago de renta y cortes de servicios como energía eléctrica por falta de pago son solo algunas de los problemas que enfrenta el Estado ante los efectos de la crisis económica y una caída en la recaudación tributaria.

Ayer, el ministro de Hacienda, William Hándal, reconoció que hay una baja en la recaudación tributaria, pero dijo que esta solo es del 6.4%. Sin embargo, si se compara de enero a enero la recaudación, según las cifras del Banco Central de Reserva (BCR), esta es de -11.6% en los tributarios y de -9% en los ingresos corrientes (que incluye donaciones y transferencias).

La reducción de los ingresos tributarios se ha dado en tres áreas importantes: el Impuesto al Valor Agregado (IVA), las importaciones y los aranceles aduanales, que solo en enero han caído en 25%.

El ministro agregó que la recaudación de febrero también tendrá una baja que rondará el 6%, lo que significaría que febrero acumularía cerca de $220 millones, $14 menos de los $234.3 millones recaudados a enero, y también menos que lo registrado en febrero de 2008.

La esperanza entonces está puesta en la mejora de marzo dice el ministro, quien considera que los $220 millones que se recaudan de impuestos mensualmente son “estables”.

“Los ingresos son exactamente similares a los de 2008, eso nos está indicando algo positivo, habrán dos meses negativos (enero y febrero), y ahora ya se está estabilizando, es una muy buena señal”, acotó Hándal, que contrario a lo que dice la presidente del BCR, Luz María de Portillo, él no ve signos de recesión en la economía, y hasta augura una recuperación de la misma en el segundo semestre de este año.

Sin embargo, el Gobierno se ha visto obligado a desistir del pago de subsidio para los consumidores de más de 99 kilovatios de energía por la falta de recursos, y en el limbo han quedado los compromisos que asumiera en febrero pasado el presidente de la República, Antonio Saca, al decir que pagaría los $31.5 millones del subsidio correspondiente a marzo y abril. Pero el último pago que pudo hacer el Gobierno fue para cubrir el subsidio hasta el 12 de febrero pasado.

Por su parte, Héctor Silva, ex alcalde capitalino e integrante del equipo de gobierno del presidente electo, Mauricio Funes, dijo ayer que las cuentas del Estado están en una situación muy crítica y eso lo van descubriendo a medida avanza el proceso de transición hacia el nuevo gobierno de izquierda. “Está peor de lo que nos imaginábamos”, expresó Silva en referencia a las finanzas del Estado, luego de señalar que, a través de algunos proveedores, ha conocido sobre la falta de pago de obligaciones por $10.8 millones de parte del Ministerio de Salud Pública.

Esta cifra, empero, no fue confirmada ni por Hándal ni por el secretario técnico, Eduardo Ayala Grimaldi, que ayer no estuvo disponible para responder a las dudas.

Pese a esta situación, Silva insiste en que podrán atender el área social, pero sabe que tendrán que priorizar gastos, pero que aún no puede adelantar si será necesario reorientar el presupuesto de 2009, y que tendrán que trabajar con los efectos de las “las medidas de corte populista” que hiciera el gobierno de Saca hasta un día antes de las elecciones del 15 de marzo.

Otras caída

Pero no solo los tributos han caído. Las entradas de dinero de otros impuestos como el de $0.04 a las llamadas telefónicas que ingresan al país desde el exterior no han tenido los resultados esperados. Este impuesto es utilizado para pagar la compensación al sector transporte público.

Hacienda esperaba recibir hasta $80 millones, pero la cifra solo alcanza los $35 o $40 millones anuales como máximo, lo que ha dificultado el pago de esta ayuda a transporte.

Sobre el pago de este subsidio, Hacienda aseguró que la parte que faltaba para completar diciembre, que era de $3 millones, fue enviado ayer al viceministerio de Hacienda, y que para la próxima semana esperan hacer el pago de los $7 millones que se adeudan del subsidio de enero. “El complemento de diciembre ya se ha hecho, la transferencia al viceministerio de Transporte, y para lo que corresponde al subsidio del mes de enero se les va trasladar a mediados de la próxima semana, tipo miércoles”, aseguró. Pero los transportistas ya están amenazando con la realización de paros escalonados en todo el país ante la falta del subsidio después de Semana Santa, y tampoco descartan incrementar la tarifa de pasaje.

Política de austeridad

Mientras que, Hándal asegura que si el presupuesto de 2009 presenta déficit —pues se construyó sobre una proyección de crecimiento económico de 3.5%— se hará uso de fondos ahorrados por el Ejecutivo a partir de enero pasado. “Eso nos va a permitir hacer cumplir lo que está establecido en el presupuesto, no talvez en un 100%, pero sí dar cumplimiento a lo más importante”, expresó.

Y cuando Hándal habla de ahorro se refiere a lo que espera obtener, tras la aprobación, por parte del Ejecutivo de otra política de austeridad que implica la reducción del 15% de los gastos corrientes en todas las instituciones. Según el ministro, esto le permitiría tener un ahorro de entre $150 o $200 millones extras, una cifra que es casi un 1,000% más de lo que en mayo de 2008 estimó la secretaría técnica que lograría en las arcas del estado con una reducción de los gastos en un 10%. Entretanto, Hándal habla de $150 millones para este año, Saca solo apostaba en 2008 ahorrar $15 millones con un plan similar.

“Tenemos que ser muy conservadores en el tema del gasto: pago de salarios, subsidios, bienes y servicios e inversión pública. Los otros gastos están engavetados y bajo llave”, dijo Hándal, quien reconoce que “hay ciertos atrasos” pero no insolvencia en carteras de Estado.

La política de austeridad incluye reducción de gastos en remodelaciones, compra de autos y “otras cosas que pueden pasar a segundo plano”.