Perfil
Nombre: Francisco R. R. de Sola
Cargo: Empresario, miembro de la Comisión Nacional de Desarrollo.
Otros cargos: Fundador y directivo de FUSADES. Directivo del INCAE.
A Francisco de Sola le preocupa la situación actual del país. Reconoce que en medio de cifras económicas desalentadoras y un estrecho margen fiscal, la transición de la actual administración al nuevo gobierno no será fácil: lo define como la combinación de dos tormentas.
El empresario, quien es miembro de la Comisión Nacional de Desarrollo y vicepresidente de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social, entre otros cargos, dice que la combinación crisis-transición política requerirá de medidas puntuales, precisas y efectivas.
Considera que el primer paso a dar es generar confianza, lo cual se traducirá en creación de empleos. Afirma que el presidente electo, Mauricio Funes, debe dar señales de reglas claras y avanzar en aspectos como el nombramiento de su gabinete, y la pendiente concesión del sistema portuario del país.
Esta transición es especial: una coyuntura enormemente complicada de crisis internacional, y un cambio de partido y de paradigma. Nos agarran dos tormentas a la vez, no obstante, hay señales muy positivas. Primero, una elección manejada con especial madurez, que indica que el pueblo es más sabio de lo que creíamos; y segundo, démosle crédito al presidente electo, él ha hecho un esfuerzo por dar mensajes muy propositivos, sobre todo muy pragmáticos, y diría yo hasta empáticos. Él ha pedido ayuda, él ha pedido apoyo, y no hay ninguna razón por la cual no se le debe dar.
Le divido la respuesta en dos cosas: una es forma y la otra es sustancia. Por ser una transición compleja, la forma es especialmente importante, y esto va hacia generar confianza, que es una de las cosas que están ausentes en este momento. Es oportuno manejar la transición con ciertos elementos muy críticos en mente. Hay que transmitir confianza en cómo se escucha, a quién se escucha, cómo se procesan las mejores ideas y, sobre todo, es el momento ideal para escuchar lo mejor del país, captar las mejores ideas, los mejores diagnósticos, los mejores planes, para entonces hacer lo crítico, que es seleccionar su equipo de trabajo, y priorizar y distribuir a través de un tiempo muy apretado las acciones. En la medida que el presidente, con su sabiduría y con la presión que tiene, logre ordenar el proceso, hacerlo transparente, demostrar que lo maneja con profesionalidad y seriedad, eso es crítico para tranquilizar al país y generar confianza.
Esto es complejo, porque el país en su situación actual no tiene muchas opciones, pero hay ciertos preceptos que se deben guardar. Primero, no se pueden cambiar las reglas del juego de la noche a la mañana. Segundo, hay que tener un apego a la legalidad y la estructura constitucional absolutamente férreo. Tercero, hay que priorizar, identificar, las áreas absolutamente críticas de acción en función de los recursos que van a haber, y la eficacia y efectividad con la cual los pueden aplicar. Es esencial hacer poco, pero bien, no todo a la vez, porque el secreto está en la ejecución a partir de un plan congruente, sensato y pragmático.
Yo veo dos, una prioritaria es el empleo, busquemos como sociedad la formas de poner a la gente a trabajar. Empleo es dignidad, empleo genera riqueza, y genera consumo, y la rueda nuevamente comienza a funcionar, y la economía se mueve. Segundo, es solidaridad. Hay estudios interesantes que indican que tenderle la mano, asistencia inteligente, temporal, pero efectiva, a los más necesitados, tiene un rédito mucho más efectivo y mucho más inmediato que meternos a programar grandes inversiones en otras cosas que serían muy difíciles.
Por ejemplo, en los negocios nuestros, el consumo es importante… si pierden sus empleos no nos compran. En la medida que fluya el dinero hacia el comprador se genera confianza. Hay mecanismos de garantía, de sostener empleo, de generar empleo. Ahora que se van a focalizar los subsidios, estos recursos pueden reenfocarse a la generación de empleo, por ejemplo con el FOVIAL, que es de alta generación de mano de obra, y se puede cumplir con muchos compromisos de Gobierno, como el proyecto de Fomilenio, con las carreteras secundarias y terciarias que apoyan el gran proyecto de la zona norte. En el caso de oriente, hay todo un gran proyecto de generar producción agrícola y competitividad regional a través de los proyectos en el río Grande de San Miguel, que son obras de infraestructura crítica. Está toda el área de apoyo municipal, que tienen un componente importante de solidaridad. El presidente electo ha hablado de una fábrica de empleos, que es un lindo concepto, pero veamos la realidad, mi punto es que no hay que hacer demasiado, hay que hacer poco porque no hay recursos.
Es que todo está vinculado… y tiene que ver con la confianza. La campaña no ayudó porque generó una serie de fantasmas y demonios que hay que desvanecer. Hay que hablar de reglas del juego, de ausencia de arbitrariedades, de la continuidad de las políticas públicas más importantes, que son de hecho políticas de Estado, como el Fomilenio, Red Solidaria, Fosalud, educación. Hay que dar señas que el personal clave, no importa su color político o su afiliación partidaria, hay que usarlo porque no abunda gente capacitada. Este Gobierno debe, desde un inicio, declarar muy categóricamente que las influencias, las prevendas, las manifestaciones de corrupción, no las va a tolerar, y que la transparencia y la probidad serán básicas. Otra política importante es demostrar rápido acción efectiva para combatir la delincuencia, es una labor complicada pero hay campo para creatividad y acciones.
Esa es una tarea que no se logra en dos meses, sino cinco años o más, y viene ya comenzada con los gobiernos de ARENA, pero este presidente entrante tiene en sus manos una exquisita oportunidad para poder lograr algo muy significativo, y es el tema del puerto de La Unión. Siento que esto es un asunto de meridiana claridad, de sentido común. El drama político nos rebasó un proceso complejo de tomar la decisión de qué hacer con la más importante inversión del último quinquenio, que es el puerto de La Unión, parte del sistema de puertos del país. El presidente Funes debe tomar la decisión de que se haga la concesión del sistema de puertos en la forma más transparente, razonada y abierta posible para hacer al país más competitivo.
Le tendría que responder que estamos perdidos si no lo sobrepasamos, porque sería un suicidio de país desaprovechar lo que tenemos allí. El golfo de Fonseca es un activo que nos dejó Dios, es una bahía profunda, protegida, idealmente ubicada a nivel hemisférico, un recurso que muy pocos tienen. Ya con un crédito del Japón invertimos en un puerto de primera, entonces no tiene ningún sentido no aprovecharlo, y no tiene ningún sentido no traer la mejor tecnología y el capital más apto para desarrollarlo, todos los demás argumentos son secundarios, hay que poner a funcionar el puerto.
El mundo ha cambiado desde que entramos al debate, el comercio mundial está en una situación muy dolorosa, se ha reducido porque el consumo a escala mundial ha reducido. Eso no quiere decir que no hay interés porque este activo ya está construido, solo es de venirlo a operar. Lo que da es más tiempo para nosotros organizar el consenso nacional, el liderazgo nacional alrededor de esto, y negociar una concesión con los mejores operadores.
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