La tarima montada en el jardín de Casa Presidencial, justo al frente de una alfombra roja que esperaba la visita de Mauricio Funes, fue el escenario preparado para que prensa nacional e internacional hiciera la imagen del día: Antonio Saca recibiendo a Funes en la casa de gobierno, ya no como periodista sino como el futuro inquilino.

Después de una hora de la convocatoria, Funes llegó en una camioneta que fue recibida por la comitiva de protocolo y Saca, quien esperaba a su invitado de honor, cuando unas semanas atrás criticaba la cercanía de su partido (FMLN) con la política de Hugo Chávez.

Funes, quien conducía el vehículo en el que llegó a las 9:28 de la mañana, caminó sobre la alfombra y se paró en el sitio señalado para hacer el saludo de la foto oficial. Un abrazo, apretones de mano y sonrisas precedieron una larga reunión en la que hubo tiempo para recorrer el territorio, aún ajeno para Funes, que parecía haber contagiado a su equipo de “cortesía” .

“Hay que pasar la página”, dijo Funes pasada la 1 de la tarde frente a la imagen del prócer —testigo mudo de este encuentro— José Matías Delgado.