El Fondo Monetario Internacional (FMI) dio a conocer, hace dos días, la actualización de las cifras de gran parte de los países del mundo. Una de las cifras más relevantes es el estimado de decrecimiento de las economías desarrolladas y de la gran mayoría de países en desarrollo. Para 2009 estima que la economía mundial caerá en -1.3%, lo que implica la primera recesión sincronizada del mundo entero en más de 50 años.
Llaman la atención la caída estimada de Estados Unidos de -2.8% para 2009, de -4.2% para toda la zona del euro, cayendo Alemania -5.6%. También llama la atención la caída esperada de Japón de -6.2% y de Rusia de -6.0%. Para el caso de los países de América Latina se espera una caída de -1.5% y dentro de ello se espera una caída de México de -3.7% y de El Salvador de 0.0%.
Menciono todas estas cifras para ilustrar lo complicado que ve el FMI al mundo entero en 2009 y por lo tanto es imposible pensar que nuestro país no vaya a tener un impacto severo. La CEPAL considera que nuestro país tendrá un leve crecimiento de 0.5%, aunque deja entrever en privado que harán una revisión posterior en el año y que preven que la situación pueda ser recesiva.
Fitch también ha indicado que su estimado es que la economía salvadoreña podría caer -0.5% en el presente año. Mi propio estimado es que la economía podría caer más de -1% y que los números se irán afinando en la medida que vaya transcurriendo el año.
Es importante considerar que la crisis muy probablemente no se va a acabar en 2009, sino que continuará hacia 2010 en el mundo entero y que por lo tanto también afectará a nuestro país el próximo año.
Todo esto es necesario tenerlo presente al momento de pensar en las políticas que deberá implementar el gobierno de Mauricio Funes a partir de junio próximo. Creo que hay que tener en cuenta que dado que la recaudación de impuestos ha estado cayendo en lo que va del año y que el gasto ha estado presionado por los subsidios y los compromisos fijos del Gobierno, habrá poca disponibilidad de recursos propios del fisco para enfrentar la crisis actual.
Las dos opciones del Gobierno son préstamos internos a través de la emisión de LETES o préstamos con organismos internacionales para poder desarrollar una política social activa que permita ayudar a las personas de menores recursos a que puedan sobrevivir la crisis y ayudar a otras personas para no caigan en pobreza extrema.
La limitación de recursos vuelve difícil llevar a cabo una política anticíclica fuerte, que permita a su vez compensar la baja actividad económica del sector privado y que ayude a generar empleos en cantidades significativas.
De aquí que es muy importante poder definir la situación de las finanzas públicas para desarrollar un plan anti crisis adecuado a la realidad nacional y a la disponibilidad de recursos, para tener el impacto social deseado y evitar una crisis social de una dimensión considerable.
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