Despolarizar es que las posiciones extremistas (de derecha e izquierda) se abandonen y se logre un nuevo equilibrio político en la Asamblea Legislativa que obligue a la búsqueda de consensos.”

Julio Hernández, secretario General FDR

Los partidos políticos que no tenemos predominio tenemos que optar en cuanto al rumbo al que queremos contribuir para direccionar al país. Hay que buscar incidir en lo más posible.”

Rodolfo Parker, secretario General del PDC

Cualquiera que gane (ARENA o el FMLN) va a necesitar un acuerdo nacional sobre temas fundamentales, un compromiso nacional. Nosotros tenemos que ser promotores de estos acuerdos.”

Héctor Dada, secretario general CD

Estela Henríquez/Jessica Ávalos/José Luis Sanz
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Los tres partidos inscritos en el Tribunal Supremo Electoral (TSE) con la democracia en sus siglas -PDC, CD y FDR- fracasaron en la búsqueda de una alianza entre ellos para participar en las elecciones presidenciales de marzo, pero coinciden en una estrategia alterna para despolarizar la política nacional e incidir en el próximo Ejecutivo, sea del color que sea: lograr una presencia relevante en la Asamblea Legislativa.

Durante el tercer foro político celebrado por LA PRENSA GRÁFICA con miras en los comicios de 2009, Julio Hernández, secretario general del Frente Democrático Revolucionario; Rodolfo Parker, del Partido Demócrata Cristiano; y Héctor Dada, de Cambio Democrático, revelaron diferencias de criterio la valorar la posibilidad que ARENA o el FMLN tienen de articular en estos meses propuestas y candidaturas que respondan en el próximo quinquenio a las necesidades del país, pero coincidieron en la necesidad de que la Asamblea que salga de la elección legislativa y municipal de enero escape a la polarización extrema del voto.

“Se requiere una tercera fuerza legislativa que, genuinamente, le apueste a la democracia”, dijo Hernández, que consideró al suyo y a los otros dos partidos presentes parte potencial de esa fuerza. “Ese sería el gran compromiso que estamos dispuestos a asumir”. enfatizó. “Si nosotros tuviésemos ese factor de equilibrio en la próxima legislatura, podríamos obligar a quien sea (a buscar consensos)”, insistió.

Héctor Dada, que recordó el esfuerzo que, según dijo, hizo en ese mismo sentido el llamado G-14 (7 diputados del FDR recién escindido del Frente, 2 del CD y 5 del PDC) a finales de la anterior legislatura, coincidió: “La responsabilidad es trabajar por una mayor racionalidad democrática”, dijo, y destacó que su partidos deben ser un factor de estabilidad democrática “gane quien gane”.

“Hay que buscar el equilibrio adecuado, tener un número suficiente (de diputados) para servir de generadores de espacio de consenso nacional”, argumentó Dada, que aceptó que los partidos presentes tienen poco margen de éxito en la elección presidencial, y lamentó que las encuestas con muestra nacional no reflejen con precisión (por razones técnicas) sus verdaderas posibilidades en las legislativas.

El pedecista Rodolfo Parker, que evidenció durante el foro tener una visión mucho más pragmática que sus compañeros de la labor de fiel de la balanza que también se atribuye, respaldó en todo caso el papel de moderadores que los tres partidos se atribuyen en la política nacional: “Hay que buscar incidir en lo más posible” afirmó el abogado.
Reto de gobernabilidad

Los dirigentes de FDR, PDC y CD, se mostraron conscientes de que, de lograr su objetivo en las elecciones legislativas, deberán trabajar y buscar acuerdos con aquel que se imponga en unas presidenciales de las que ninguno de los tres se atreve a adelantar todavía ganador. FDR y PDC, sin embargo, advierten por el momento un mayor margen para construir acuerdos si gana ARENA. Dada no quiso pronunciarse sobre escenarios hipotéticos.

Rodolfo Parker ve en la posible victoria del FMLN un riesgo que implique “ceder parte de las libertades” actuales, y anticipa una negociación muy cerrada si llega a ganar la izquierda. De hecho, afirma que, hoy por hoy, uno de los objetivos políticos de su partido es no permitir que el FMLN llegue al Ejecutivo: “Para quienes conocemos la naturaleza del FMLN, nos consta que estaríamos en un riesgo de ceder parte del fruto legítimo de nuestro esfuerzo, de tener que soportar mayores violaciones a la institucionalidad y al Estado de derecho salvadoreño”.

Julio Hernández, en cambio, consideró que ARENA no ha dado muestras de estar listo para aceptar la alternancia política, y sentenció que el FMLN tampoco está listo para ganar.

Los tres, en todo caso, esperan que los cambios que ambos partidos mayoritarios pregonan en sus discursos de precampaña se materialicen en propuestas concretas, y desean que permitan que ni la transición ni la continuidad en el poder Ejecutivo genere un caos de falta de gobernabilidad. Para ello, Dada es el primero en instar a la consolidación de un pacto de nación entre los candidatos antes de las elecciones, y en reclamar el fortalecimiento del Tribunal Supremo Electoral.

“Para nosotros, evidentemente, el ideal es que ninguna de las dos fuerzas que han mantenido polarizado el país fueran la opción”, acotó el dirigente de cambio democrático, “pero lo que constatamos es exactamente que en ambos lados se vive con angustia la posibilidad de triunfo del otro, por falta de institucionalidad”. Tras insistir en la necesidad de inyectar al sistema político mayor “racionalidad democrática”, Dada recordó que ese “era el diseño de la tercera vía” que no lograron conformar.

Parker, en una exhibición de paciencia y optimismo, expresó al respecto su esperanza de que el resultado de marzo de 2009 facilite la construcción de este movimiento alternativo a los polos: a su juicio, el partido que pierda quedará debilitado y cederá su espacio de protagonismo a otro partido. “En esa medida, las elecciones favorecerán el resurgimiento de esa tercera vía”, dijo.