“El mundo observa asombrado el actuar de Ortega en la demolición de la democracia para perpetuarse en el poder. Su acción solo contribuye al retroceso y empobrecimiento de los nicaragüenses.”
Escrito por Rafael Castellanos/ Columnista de LA PRENSA GRÁFICA
Nicaragua y Venezuela muestran a dos dictadores que llegaron al poder por las urnas, como Hitler, y consistentemente demuelen las instituciones democráticas para perpetuarse, ante el asombro y la impotencia del mundo.
El dictador venezolano amedrentó, trató de inhabilitar y encarcelar a los opositores, los insultó públicamente de formas inaceptables, amenazó con “enviar los tanques a las calles” y aunque Venezuela está cada día más empobrecida y en retroceso a pesar de su petróleo, él sigue en sus esfuerzos por perpetuarse. El domingo anunció que se quedará hasta 2021.
En Nicaragua, Ortega y su esposa Rosario Murillo, coordinadora de gobierno, cometieron el más burdo fraude en la elección por la Alcaldía de Managua, legalizándolo por decreto, enviando a una Nicaragua ya pobre y subdesarrollada a un peor e injusto destino.
Un amigo ilustre que fue invitado la semana pasada a Managua a una reunión internacional de información sobre el fraude y las perspectivas de Nicaragua me escribió esta carta, que con su permiso reproduzco.
“Rafael:
El fraude de Ortega es increíble por burdo y grosero, pero tal vez más por el hecho de que la comunidad internacional no pueda hacer mucho al respecto. La única palanca viable de los gobiernos extranjeros es romper relaciones, cosa que posiblemente no tiene sentido, o disminuir la ayuda internacional, cosa que lejos de afectar a Ortega, castiga a los más pobres de Nicaragua, pues su caja personal viene de Chávez y no de gobiernos amigos que sí auditan lo que otorgan.
Esto quiere decir que el fraude está consumado y aunque se mantendrá presión por muchas semanas más, no existe un mecanismo que permita revertirlo más allá de una nueva guerra civil que nadie está dispuesto a considerar y para la que de todas formas no hay recursos disponibles.
En las calles los sandinistas son más fuertes y aguerridos, así que exponerse a la violencia callejera no tiene sentido.
Dicho esto, lo que le queda ahora a la oposición es demostrar este fraude para que en la siguiente elección nacional haya controles y observadores que permitan una elección limpia.
La oposición debe unirse, para que sea Ortega contra un anti-orteguismo unido, pero estamos hablando del 2011 y es mucho lo que un dictador de facto puede apuntalar entre ahora y entonces.
Si quieres mi opinión, Nicaragua entrará en recesión, la caída de las inversiones que inevitablemente se dará y el hecho de que ya la ayuda internacional no crecerá y tal vez disminuya, se verá en un escenario en que su economía se deteriorará como en los años 80, en mi opinión entre 10 y 20% este año que viene en términos per cápita.
Se le echará la culpa a la recesión (hasta en eso tiene suerte el fulano éste), pero el hecho es que Nicaragua va hacia un mayor empobrecimiento y hacia una economía colapsada. Veremos nuevas fugas de los pocos capitales que existen y empresarios grandes que deben seguir adelante para proteger sus activos, pero que seguramente diversificarán sus inversiones en otras latitudes, castigando indirectamente a Nicaragua.
La emigración de jóvenes nicaragüenses se acelerará nuevamente pues cesará el crecimiento del empleo, pero ahora hacia economías cuya capacidad de absorción está limitada por la recesión y que ya no querrán acogerlos.
¿Qué quiere decir todo esto? Es un síntoma más de que los latinoamericanos nos las estamos arreglando para revivir el inicio de la década perdida, en donde entre la recesión, el socialismo, la corrupción galopante y el populismo irresponsable destruimos nuestra productividad.
¡Qué increíble, lo cortas que son nuestras memorias! Como consuelo me queda que al menos ahora no seremos todos. Preveo una región partida con Brasil y Chile marcando un camino en que naciones como Costa Rica, Panamá, Colombia, Uruguay y quizás Perú y República Dominicana prosperarán a mediano plazo como lo han venido haciendo en años recientes y el resto de la región sufrirá otra vez, como lo ha hecho en el pasado.
Una parte de nuestra región está condenada a repetir su historia.
Espero que El Salvador despierte a tiempo y asegure la continuidad de un modelo que si bien no ha generado el crecimiento que uno quisiera, ciertamente es mucho mejor que la alternativa “nicaragüense” para las grandes mayorías. Saludos”.
Materia de reflexión para los políticos y electores salvadoreños: No podemos condenar a nuestro país a la pobreza y el retroceso. El socialismo del siglo XXI atenta contra la libertad y el futuro de los pobres.
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