Se calcula que actualmente hay 75 familias que viven en zonas del Espino que no están autorizadas para ser asentamientos.
20 septiembre 2006. Por Rafael García
gransansalvador
La iniciativa para convertir El Espino en una reserva ecológica obliga a establecer un nuevo régimen de propiedad, por lo cual se deberán comprar o expropiar algunos territorios, como informó LA PRENSA GRÁFICA el pasado 14 de septiembre, a fin de hacer un megaparque de 727 manzanas (ver infográfico).
Rafael Castellanos, presidente de Construambiente, organización ambientalista que trabaja en este proyecto, ha planteado que los precios no pueden ser mayores que los adjudicados a terrenos con vocación agrícola.
El funcionario de Construambiente hace una comparación y explica que, por ejemplo, una manzana de terreno en la finca de café de altura “más cara de El Salvador” no sobrepasa los $6 mil 857 y que para terrenos como El Espino —que no tiene ese tipo de producción— “lo normal es que una manzana de terreno —con vocación agrícola— ronde los $4 mil”, calculó.
La intención es que el Gobierno compre el terreno para salvaguardar la zona “de las tentaciones del desarrollo”, apunta Castellanos.
Los fondos para las compras vendrán de la conversión a títulos valores del dinero del FANTEL, informó a través del Banco Multisectorial de Inversiones (BMI).
Ocupaciones
Otra de las tareas a resolver es el crecimiento de asentamientos en áreas no autorizadas.
Rafael Castellanos explica que actualmente hay unas 200 familias que residen en la zona, de las cuales solo 125 están en los terrenos autorizados para asentamientos desde 1999.
No se descarta que el gobierno del parque sea una corporación de utilidad pública.” Rafael Castellanos, Construambiente
Reseña de la finca
En mayo de 1999, el ex presidente Armando Calderón Sol firmó un convenio con los involucrados en El Espino.
El Gobierno y el ISTA se comprometieron a vender a la cooperativa 686 manzanas para declararlas zona forestal.
El Gobierno se comprometió a vender a la cooperativa 10 manzanas potencialmente urbanizables que podían ser vendidas.
Se estableció que el parque de los Pericos sería una propiedad de San Salvador y Antiguo Cuscatlán.
La familia Dueñas quedó en posesión de 207 manzanas de terreno de la llamada área urbana de la finca, según el acuerdo firmado en Casa Presidencial.