1 enero 2007.
Son 8.3 kilómetros de longitud proyectados para el bulevar Diego de Holguín, cuyo trazo original comienza en la alameda Manuel Enrique Araujo y termina en la carretera Panamericana, a la salida hacia Santa Ana, en Santa Tecla.
Durante su trayecto, obligadamente tiene que atravesar la finca El Espino. Así se concibió desde la década de los setenta, cuando se pensó que sería una solución viable al creciente tráfico hacia la zona occidental.
Precisamente atravesar la finca El Espino ha sido el dilema de esta obra que ha producido todo tipo de protestas y pronunciamientos de todos los sectores.
Atravesar la referida finca también ha sido objeto de modificaciones a los tramos originales, tal como ocurrió contiguo a las instalaciones de la Escuela Militar, en donde el MOP autorizó mover el trazo hacia un terreno que es propiedad compartida de las municipalidades de San Salvador y Antiguo Cuscatlán. En dicho terreno se talaron cientos de árboles y esto dio paso a una demanda judicial contra el titular de Obras Públicas. Los tribunales fallaron a favor de la comuna capitalina y como consecuencia el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales está obligado a imponer una sanción económica a su par.
El titular del MOP aceptó públicamente que se modificó el trazo sin hacer las consultas necesarias y que se talaron árboles sin tener las autorizaciones debidas. Pese a ello, el año termina y el MARN, que cambió de titular, no determina la sanción para el MOP. En todo caso, las empresas constructoras siguen la obra. Se está abriendo la brecha, aunque en la zona de la Escuela Militar aún no se determina el trazo a construir. Será hasta el otro año.