Desde que fueron creadas en mayo de 2012 hasta el 31 de octubre recién pasado, las Unidades Especializadas para Mujeres en la Procuraduría General de la República (PGR) han brindado un total de 26,995 atenciones: 9,154 por violencia intrafamiliar, 1,938 por violencia de género, 151 por discriminación y 15,752 por asesorías en distintas áreas.
Las estadísticas indican que las atenciones se han quintuplicado en el transcurso de estos cinco años, pasando de 1,033 atenciones a 5,177, siempre en el período comprendido entre mayo de 2012 y octubre de este año. Según los datos, a esas casi 27,000 atenciones por violencia y asesorías se suman, además, 45,055 servicios legales, psicológicos y sociales.
“La violencia intrafamiliar es lo que antes más se naturalizaba. Había un dicho: Entre marido mujer y hermanos nadie mete mano”.
Sonia de Madriz, procuradora general
“Hay cifras que nos preocupan”, dijo la procuradora general de la república, Sonia Elizabeth de Madriz, y continuó: “¿Por qué solamente 151 casos de discriminación durante cinco años?”.
El cuestionamiento de la funcionaria es válido en una sociedad que tiende a naturalizar casi todos los tipos de violencia que no dejan una marca tangible en el cuerpo: “Solo no naturalizamos la violencia física porque a estas alturas sería insólito”, se respondió.
Según explicó la procuradora general, las mujeres, en la mayoría de los casos, aún no comprenden cuándo están siendo discriminadas. Todavía no asimilan los mensajes nocivos; sin embargo, les hacen daño sin que sean conscientes de ello, simplemente, no se dan cuenta de que están siendo violentadas en alguna medida.
Por ejemplo, dice De Madriz, “es discriminada cuando el jefe decide encomendarle un trabajo importante a un compañero hombre, porque cree que la mujer no se lo va a hacer o no se lo va a hacer bien, y la discrimina. Y eso se da sistemáticamente: ella no va a hacer lo que yo quiero, porque no es capaz de pensar”.
“Con el auge de las redes sociales, recibimos chistes que, en realidad, son expresiones de violencia; la gente se ríe, porque está naturalizado”.
Matilde Hernández, subsecretaria de Inclusión
Las 14 Unidades de Atención Especializada para Mujeres, una por cada Procuraduría Auxiliar en cada departamento del país, se encargan fundamentalmente de atender las problemáticas de violencia intrafamiliar, violencia de género y discriminación.
Sus servicios, sin embargo, se concentran en tres tipos de atención: psicológica, a través de escuchas activas y atenciones de crisis emocionales; legal, a través de la elaboración de denuncias, representaciones legales y acompañamiento o derivación a otras instituciones; y social, por medio de investigaciones sociales, búsqueda de redes de apoyo y facilitación de grupos de autoayuda.
Solo entre enero y octubre de este año, estas Unidades han abierto 1,780 nuevos expedientes, han reabierto otros 34; han dado seguimiento psicológico a 118 casos, han registrado 1,065 denuncias; han atendido 1,362 casos de violencia intrafamiliar, 541 casos de violencia de género y 29 casos de discriminación; y han brindado 3,245 asesorías.
En total, las atenciones suman 8,174 y el número de mujeres que han recibido esas atenciones son 5,177 durante los mencionados 10 meses del año.
Las cantidades más altas se registran en las sedes de San Salvador (497 nuevos expedientes), La Libertad (277 nuevos expedientes) y San Miguel (147 nuevos expedientes).
A juicio de la procuradora De Madriz, el alza de las cifras también tienen relación con la credibilidad de las instituciones, porque es muy probable que lo que esté ocurriendo no es que haya aumento de casos, sino más valor para interponer denuncias.
“Por un lado está la capacidad de la mujer de ir a denunciar, de decir: ‘Yo ya no soporto que este hombre me golpee; que todos los días me dé un empujón o un jalón de pelo, ya sea porque la comida no está lista o porque la ropa no está lavada’, porque esos son los casos que se dan”, anotó la funcionaria.
Entre los proyectos que la Procuraduría General de la República tiene en mente para el mediano plazo está el mejorar los espacios de escucha para las mujeres, de forma que sean idóneos y garanticen que no sean revictimizadas las víctimas: “Lo recomendable, según los expertos en la materia, es que las escuchas activas tienen que ser en espacios adecuados para tratar a estas mujeres violentadas y no abiertos, donde todos puedan escuchar lo que están diciendo. Lastimosamente, de momento, se dan esas situaciones”, reconoció De Madriz, quien al mismo tiempo indicó que está negociando más presupuesto y está buscando la colaboración de organismos extranjeros para poder financiar este y otros proyectos.