Las elecciones de este domingo, por muchas falencias lamentables, señalan a nuestra sociedad la necesidad de evolucionar en aspectos relevantes como la forma de elegir alcaldes y diputados que respondan a sus electores y no a las cúpulas de los partidos; que se elimine la agresividad de los militantes, estimulada por la polarización de las cúpulas, y que no se líen más a pedradas por un poste o una calle, o más grave aún con armas de fuego.
Estamos a 5 días de las elecciones para diputados y concejos y a 61 para las elecciones presidenciales. El tiempo se está acabando con la rapidez característica de los plazos políticos, y la sensación que queda, al menos hasta la fecha, es de que la campaña en serio aún no ha comenzado. No sé qué sientan ustedes, pero al menos a mí esta es la impresión que me da. ¿Qué ha pasado, entonces? La campaña comenzó, al menos en la retórica al uso y en sus movimientos derivados, hace más de un año.
Quedan solo unos días para la elección de diputados y alcaldes. Seguramente se intensificará la propaganda electoral en este corto período, pero ya he perdido las esperanzas de que los partidos dediquen siquiera algo de sus recursos a ofrecernos lo único que realmente nos interesa a los votantes: información útil para tomar nuestras decisiones.
“Si se critica al FMLN eres de ARENA o le haces el juego; y si se critica a ARENA eres del FMLN o afín. No es fácil ubicarse encima ‘de los buenos y los malos’ sin riesgo de ser tachado de indefinido y de mantener objetividad e independencia sin que no te señalen falta de compromiso o patriotismo.”
El extenso mensaje navideño de Mauricio Funes es una de las mejores piezas de publicidad electoral que he visto y escuchado estos días en la televisión. Las imágenes y el sonido se funden estéticamente con un contenido que comunica sensatez y genera confianza. Acompañado de su señora esposa, el candidato repasa con mirada franca y tono apacible los puntos que lo han ubicado en un sólido primer lugar en las preferencias electorales.