Los seleccionados nacionales de fútbol playa tendrán un viaje tedioso hacia Dubái, el próximo 12 de noviembre.
Escrito por Santiago Leiva
La selección nacional de fútbol playa vive un sueño: viajará el próximo jueves a Dubái para disputar el mundial de la modalidad, pero volar cerca de 22 horas no deja de ponerles los pelos de punta.
“El viaje suena un tanto tedioso”, reconoce Rudis Gallo, técnico de la Azul playera. “Es un promedio de 22 horas desde que salgamos de aquí del país las que vamos a viajar. Nosotros esperamos llegar el siguiente día”, agregó.
La selección de playa tiene previsto el viaje para el 12 de noviembre y partirá en dos vías diferentes.
El grueso de la delegación saldrá en horas de la tarde de El Salvador hacia Atlanta y luego seguirá su marcha directamente a Dubái.
Rudis Gallo y Tomás Hernández, debido a que les negaron la visa estadounidense, tendrán que seguir una ruta más larga y con más escalas.
Gallo y Hernández tendrán que hacer escala en Panamá y Londres antes de arribar a Dubái, pero el profe cree que solo llegarán una hora más tarde que el resto de la delegación y que estarán a tiempo para echar a andar las medidas de adaptación.
“El día que lleguemos vamos a hacer actividades, vamos a salir a caminar para dormir hasta que llegue la noche y podamos adaptarnos al reloj biológico”, dijo Gallo, quien recordó que en el mundial de Marsella 2008 ejecutaron la misma medida y no tuvieron mayores problemas de adaptación.
La Azul playera tendría apenas dos días para adaptarse al horario de Dubái, pues su debut ante Costa de Marfil está programado para el 16 de noviembre.
Otro aspecto que no deja de preocupar al estratega de la selección de playa es la comida, pues a manera de anécdota confesó que en las últimas participaciones han terminado comiendo pastas, verduras y frutas.
Y es que su plantel, conformado por humildes pescadores, no está acostumbrado a comer carne en término medio o pescado cocinado al vapor, como se acostumbra en algunos países.