El fútbol playa salvadoreño conquistó Puerto Vallarta. Ayer los pescadores de Rudis Gallo derrotaron 5-3 a Estados Unidos y se alzaron con el boleto al mundial de fútbol playa que se jugará en Dubái. La Azul peleará este día la final ante los ticos, que borraron a México del certamen.
Escrito por Santiago Leiva
Milagro, hazaña. Llámele como quiera. La Azul playera hizo historia ayer nuevamente al conseguir su boleto por segundo año consecutivo a un mundial de la modalidad. Sí, créalo. El himno nacional de El Salvador sonará por todo lo alto en el mundial de fútbol playa en Dubái 2009.
Fue un boleto sufrido, pero todo sacrificio tiene su recompensa.
Ayer, la Azul no fue superior al quinteto de Estados Unidos, pero dejó el pellejo en la arena y tuvo el coraje suficiente para mantener a raya a los gringos y defender el resultado con uñas y dientes.
A diferencia del juego ante México del viernes, ayer la escuadra cuscatleca mostró ambición y hambre de triunfo, y los frutos no tardaron en llegar.
Se corrían apenas tres minutos cuando Agustín González Ruiz con un potente disparo de larga distancia colocó el 1-0. Un minuto más tarde el mismo “Tin” decretó el 2-0.
Los tantos cayeron como balde de agua fría para los gringos que, hasta ahí, no habían encontrado la fórmula para derribar el muro azul.
Una vez superado el bajón anímico, Estados Unidos comenzó a generar peligro con remates de larga distancia. No obstante, tuvieron que esperar seis minutos para festejar su primer tanto.
El gol lo anotó Raphael Xexeo tras cobrar, con un derechazo, un tiro libre.
La alegría de los estadounidenses, sin embargo, les duró poco, ya que a falta de tres minutos para cerrar el primer periodo apareció Francisco Velásquez con una media volea para poner el 3-1.
El tanto permitió a los salvadoreños irse al descanso y regresar a su siempre fatídico segundo tiempo con una cómoda ventaja.
El duchazo enfrió el partido. Los 12 minutos del segundo periodo fueron para el bostezo. Ni los nacionales ni los norteamericanos hacían méritos para llegar al gol. Por un lado, El Salvador defendía su resultado y con poco empuje en ataque, y por el otro, Estados Unidos lento y chato en ataque.
Empero, cuando parecía que El Salvador se iría al descanso con la misma ventaja, apareció el dramatismo tras un gol de Yuri Morales a falta de 60 segundos para cerrar la manga.
Fueron 12 minutos de eterno sufrimiento para los cuscatlecos y en los que EUA pudo haber conseguido la paridad, pero que, por suerte, no lo logró.
A zocar
Con apenas un gol de ventaja, el tramo final, los restantes 12 minutos, fueron los más largos para la hinchada cuscatleca que, detrás de la pantalla chica, zocaba porque el tiempo volara. Mas nunca pasó: los 12 minutos jugados se cronometraron en 20 en el tiempo real.
Ahí se escribió la historia. Velásquez apareció con otra obra de arte: un contragolpe que terminó en las piernas de Frank, quien no dudó en mandar su remate al fondo de la red. Quedaban cuatro minutos por jugarse y había que mantener la pelota; sin embargo, un minuto más tarde, es decir, a falta de tres, Xexeo de cabeza puso el partido al rojo vivo tras anotar el 4-3.
En adelante, la Azul se dedicó a matar el tiempo y esperar a Estados Unidos agazapado para darle la estocada final.
Y esta llegó a falta de dos minutos cuando se desdobló al ataque y se encontró con otra joya: un potente disparo de “Tin” que, a la postre, regaló el gol de la confianza y afianzó el boleto a Dubái. Así se escribió la historia, una historia que labró con paciencia y astucia Rudis Gallo desde inicios del año.
El míster ya había calculado todo con frialdad. Su escalera a la cuadrangular sería Canadá y su pase a Dubái estaba en manos de EUA. “Les vamos a jugar por las bandas porque Estados Unidos es un equipo lento. Lo que hacen es que se agrupan, pero nosotros tenemos jugadores hábiles como Agustín y Frank”, analizó Gallo, previo al juego.
El DT acertó en sus cálculos y hoy más de seis millones de salvadoreños le agradecen. Por segundo año consecutivo, la Azul playera estará junto a los grandes.