Viernes de fe sin fronteras

09 Abril 2009 - Especiales LPG

fnac10042009bmcri81Desde hace cuatro años, un salvadoreño residente en Estados Unidos llega al país para participar en el solemne acto del Santo Entierro  en Sonsonate.

Loida Martínez Avelar
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Don Reynaldo Salvador Sánchez se autodenomina como un hombre devoto al catolicismo. Su fidelidad durante los 48 años que ha participado de manera activa en la procesión del Santo Entierro en Sonsonate —una de las celebraciones más solemnes del país— da fe de su palabra.

Ni las distancia geográfica del residente en California impidieron que el salvadoreño, de 58 años de edad y de 1.40 metros de estatura cargue la urna de 5,000 libras que recorre la ciudad cocotera desde hace 135 años, cuando nació la Hermandad del Santo Entierro de Cristo, a la que pertenece.

Los $890 que le costó el pasaje de avión, dice, no se comparan a la felicidad que le provoca participar en los actos litúrgicos. “Hay cosas que no tienen precio”.

Ayer cumplió su objetivo más importante del año y llegó al país proveniente desde Fair Field, California —donde vive desde hace cuatro años— para viajar hasta Sonsonate y revisar el listado y el número de grupo que cargaría la imagen de Jesucristo, misma que espera llevar hasta que Dios se lo permita y le preste vida.

“Es un privilegio poder ser un cargador en el Santo Entierro, más en Sonsonate que es toda una solemnidad. En Estados Unidos no se vive de la misma forma la Semana Santa”, dijo.

Y es que la fe católica que le inculcó su madre, doña María Sánchez, quien a sus 85 años todavía carga las imágenes de la virgen, está arraigada en su corazón.

El año pasado, su carga laboral no le permitió al sonsonateco regresar al país para cumplir con su compromiso religioso. “Sentí tan feo ese Viernes Santo porque fui a la iglesia, pero no fue lo mismo. Yo quería estar en Sonsonate. Por eso, este año le pedí con fe a Dios y me cumplió”, aseguró don Reynaldo, mientras muestra su sotana negra, cinta blanca y la pañoleta que le regaló su madre y que usa desde que tenía 18 años.

Su anhelo de estar en Sonsonate no es para menos. Desde que tenía tres años, el salvadoreño residente en California ha participado activamente en las actividades religiosas.

Fue cucurucho infantil y juvenil. Comenzó su recorrido en las procesiones a los tres años de edad.

“Es de lo poco que le puedo dar a Dios, como un sacrificio por los pecados cometidos”, son los argumentos que le dan consuelo cada vez que se ve los moretones en su  hombro, tras los turnos en las 14 horas de recorrido.

Tras el cumplimiento de su devoción y fe, el sueño a corto plazo de don Reynaldo es que su hijo menor también se convierta en cargador. Anhelo que está a la vuelta de la esquina, pues el joven de 18 años quiere seguir los pasos del padre dentro de dos años. “Cuando carguemos juntos, que es mi sueño, le quiero entregar la pañoleta que me dio mi mamá y me voy a dar por satisfecho”, finalizó el sonsonateco.

Vía crusis

Es un privilegio poder ser un cargador en el Santo Entierro, más en las de Sonsonate que son toda una solemnidad que se refleja en Semana Santa.”

Cuando carguemos juntos le quiero entregar la pañoleta que me dio mi mamá y me voy a dar por satisfecho.”
Reynaldo Sánchez, cargador en el Santo Entierro en Sonsonate.

2 Comentarios

  1. jose luis:

    la imagen que esta refiriendose a este articulo no es de sonsonate si no de izalco en su proncesion de los cristos realizada ayer jueves santos 2009

  2. carlos larin:

    Que dicha la de mi paisano que puede viajar a nuestra tierra
    algun dia yo tendre papeles para hacer lo mismo yo pertenesco a los caballeros del santo entierro de usulutan y ahora tengo 12 años de vivir en las vegas nevada que dios los bendiga a todos

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