La Azul playera, los pescadores de La Pirraya, viajó ayer rumbo a Dubái para intentar pescar el sueño de una actuación meritoria en el mundial de fútbol playa, donde debutará el próximo lunes ante Costa de Marfil.
Desde las 2 de la tarde de ayer hasta las 11 de la noche de hoy habrán transcurrido 33 horas. Pero esas 33 horas —que son las que la selección de fútbol playa tardará en reunirse en Dubái, donde el próximo lunes arranca la copa del mundo de esa modalidad— serán, durante el fin de semana, como un abrir y cerrar de ojos, en el que habrá transcurrido un año.
Uno desde que el año pasado el mismo grupo de pescadores compitieron en Marsella, en su primer mundial, y uno más de experiencia, que es la que ahora quieren hacer valer para hacer un mejor papel en la cita. Avanzar de ronda si se puede.
Hace un año los rivales fueron Portugal, Italia e Islas Salomón y regresaron con tres derrotas en la maleta, aunque con el placer momentáneo de ponerse en ventaja en el marcador sobre una potencia mundial, los lusos.
Esta vez tocan, en suerte, España, Japón y Costa de Marfil. El campeón europeo, el asiático y el subcampeón africano. La diferencia es, también, que hoy su rival no es un novel y debutante El Salvador, sino una Azul que va por su segundo torneo, y con el estandarte de ser campeón de la CONCACAF. Un grupo de campeones y subcampeones. Sencillo: el “grupo de la muerte”.
Pese a ello, el cuerpo técnico del combinado criollo asegura haber corregido lo que debieron haber corregido y mejorado lo que ya era bueno. “Hemos manejado todos los errores cometidos en el mundial anterior. Esta selección va a ser muy diferente: vamos a manejar la parte de los marcadores, cuando tengamos un marcador favorable o no, los tiempos. Es lo que hemos trabajado y la selección ha ido trabajando poco a poco”, explica Rudis Gallo, principal responsable de la selección, sobre la experiencia parisina.
Asimismo, y pese a la evidente mejora en el estatus que significa llegar como campeón de la región, Gallo tampoco pierde la cabeza y le da su lugar a cada adversario. “Son rivales bastante incómodos, difíciles. Costa de Marfil tiene su respeto, aunque sea primera vez que vaya al mundial, España es la campeona de Europa y los asiáticos van bien representados con Japón”, sentenció.
Sobre el debut, en el que les esperan los coterráneos de Didier Drogba, el técnico espera no resentir mucho las 10 horas de diferencia entre Dubái y El Salvador, además de la aclimatación al suelo asiático.
“Es una situación un poco difícil pero no imposible, el grupo más grande llega (hoy) a las 7 de la noche y nosotros con Tomás Hernández a las 11, va a ser un período de adaptación y vamos a descansar. Al siguiente día, el 14, vamos a mantenernos activos, y el 15 en la tarde vamos a tener la primera práctica, según el itinerario de FIFA”, comentó.
Gallo y Hernández viajaron en una ruta distinta al resto del grupo debido a que no les fue aprobada la visa estadounidense, por lo que no podían utilizar el país norteamericano como conexión entre vuelos.
Preparados para todo
Pese a lo anterior, solo las rutas fueron diferentes, porque la personalidad y la mentalidad de todo el grupo sigue siendo la misma de hace un año, la misma de incluso más atrás: la humildad y sencillez en busca del sueño.
“Se nos llegó la hora, pero estamos preparados para ir a hacer un buen papel en el mundial de Dubái. No estamos nerviosos ni pensamos cosas negativas. Confiamos en el trabajo que hemos hecho y le decimos a la afición que vamos a dar nuestro mayor esfuerzo, una gran felicidad, que no duden que lo vamos a lograr”, dijo Eliodoro Portillo, uno de los porteros de la Azul playera y quien en el premundial de Puerto Vallarta fuera premiado como mejor guardameta, momentos después de chequear su equipaje en el aeropuerto.
Luego de ello, en otro lado, Tomás Hernández probaba suerte con una máquina electrónica en la que un brazo mecánico no le dio suerte para coger un regalo. A Elías “Dinho” Ramírez tampoco. Peor, le robó la “cora”. Ojalá esa suerte que no tuvieron ayer sí la tengan en Dubái. Con goles. Ya están allá. Y El Salvador con ellos.
“Se nos llegó la hora, pero estamos preparados para ir a hacer un buen papel en Dubái. No estamos nerviosos ni negativos. Confiamos en lo que hemos hecho.”
Eliodoro Portillo, portero de la selección de fútbol playa