Mañana se llevará a cabo el concierto de los británicos Iron Maiden en Costa Rica y cientos de salvadoreños empezaron a viajar desde la semana pasada para presenciar el show. A continuación, presentamos algunas anécdotas de fans guanacos que ya tuvieron un primer encuentro.
Wilmer Merino
“Me fui mojado”
“El Conejo”
Faltaban dos días para el concierto en Costa Rica (programado para el 26 de febrero de 2007) y un amigo me había dicho que permitían entrar al país solo con DUI y dejé pasar el tiempo sin preocupación.
Un día antes de irme en el tour, mi hermano y un amigo me dicen que sin pasaporte no podía pasar. Hablé (a la Dirección de Migración) para ver si podía sacar mi pasaporte y me dijeron que me lo entregaban el martes por la mañana o por la tarde, y el concierto era ese mismo día en la noche. Al verme sin posibilidades tomé la decisión de irme de “mojarra” (ilegal) a ver a Maiden.
Llegamos a la frontera con Costa Rica tipo 2:30 o 3 de la madrugada. Me desperté antes que todos para poder pasarme la frontera. Caminé y vi unos niños a quienes les pregunté cómo podía pasar al otro lado. Parecían tener edades entre los 11, nueve y 14 años a lo mucho, y ellos me dijeron: “Bueno te vas a la par de nosotros y si te decimos que corrás, corres, dame $40”.
Después de pagar peaje en cuatro casas y “mordida” a policías, finalmente logré ver a lo lejos la aduana de Costa Rica para entrar, y me dice uno de los niños que le pague $20 más porque hay otro policía. Ya eran $88, cuando yo sabía que todavía me faltaba para llegar a la capital. Así que solo le pagué lo que habíamos quedado y me fui bien escondido hasta que llegué a la aduana. Esperé a que llegara la mara del tour para poder subirme al bus y me subí.
Todo iba bien hasta que nos detuvo un retén. Un policía me pidió el pasaporte y se quedó alrededor de dos minutos tratando de encontrar el sello de entrada a Costa Rica, el cual no existía. Me subieron a la patrulla y me llevaron a una bartolina, pero antes los compañeros del tour me llevaron una gorra con dinero que entre todos habían reunido con una lata de sardinas y dos cigarros.
Al verme los tatuajes empezaron a cuestionarme y a tomarme fotos diciéndome que me quitara la ropa para ver si tenía más tatuajes. Estuve allí metido cuatro o cinco horas. Me sacaron y me llevaron de regreso a la frontera. Luego un nicaragüense me dijo que por $80 me pasaba y me sellaba el pasaporte, no tenía ya nada más que perder.
Llegamos a un río medio grandecito y me dijo el coyote que si del otro lado me veían mojado de la cintura hacia abajo me jalaban de regreso, “así que quitate la ropa”, me dijo. Llegamos a la aduana de Costa Rica. Ahí me subí a un bus y luego nos pararon para pedirnos los pasaportes. Cuando me tocó pasar, el policía me preguntó: “¿Desde El Salvador viene solo por ver una banda?” y yo pensaba si supiera lo que he pasado, pero me dejó continuar. En ese momento sentí un gran alivio y una gran alegría. Tenía sueño y solo me acompañaban $20, pero tenía el tique para ver a Iron Maiden.
“Viejos de edad, metaleros por siempre”
William García
La primera vez que escuchamos que probablemente Maiden se acercaría por tierras centroamericanas fue para el concierto de Héroes del Silencio. Unos meses después sabíamos la noticia: “la Bestia en Costa Rica”. Rápido movilizamos nuestra red de comunicaciones.
Ahora vendría lo más difícil: el permiso, y no del trabajo, era el de mi esposa, entonces vinieron las respectivas sermoneadas. Pero, cómo podía más mi deseo por ver a la banda, me puse humilde y con mucho cariño y compresión logré convencerla.
Llegamos el lunes 25, dejamos las cosas en el hotel y nos fuimos rápido a conseguir un taxi que nos llevara para ir a recoger las entradas que habíamos comprado por internet. Pero para mala suerte la nuestra, el taxi nos dejó en un lugar equivocado y tuvimos que caminar como ocho cuadras para poder conseguir nuestro objetivo. Nos fuimos luego cerca del hotel a beber un par de heladas.
Al día siguiente muy temprano fuimos a ver cómo hacíamos fila, que la verdad fue bastante difícil ya que, creo, toda Centroamérica estaba ya en el lugar. Al final de la tarde entramos y aunque no estuvimos al frente fue grande la emoción.
“Maiden en Maryland”
Ricardo Sánchez
En Estados Unidos tenemos un pequeño movimiento. Vamos a los conciertos de bandas de renombre, como Iron Maden. Lo hacemos porque llevamos el rock en las venas. Yo escucho rock desde los 12 años. Ahora han pasado 18 años desde que tuve el sueño de infancia de ver a Maiden y ya lo cumplí. Hace cinco años abandoné mi tierra natal para estar en Estados Unidos. Acá tuve la oportunidad de ver a Maiden cuando supe que estarían en Maryland, no lo podía creer. Mi mente enloqueció. No sabía qué hacer o decir. Lo primero que se me ocurrió fue grita al cielo “¡gracias por la oportunidad!” Entonces compramos los boletos con mi hermano, Walter, tres meses antes del concierto. La vida da muchas vueltas. Tenía miedo enfermarme antes del show.
“Iré al VIP”
David Rosales
Mi historia con la música de Iron Maiden tiene un año, ya que fue a partir de la visita que la banda hizo en 2008 a Costa Rica, cuando despertó en mí el interés por este grupo, pues hasta ese entonces solo conocía un par de éxitos, como “The Trooper”, “Two Minutes to Midnight”, “The Number of the Beast”, entre otros. Así que a partir de marzo 2008 empecé a hacerme de su repertorio, bajando videos de YouTube de la visita a Costa Rica y comprando discos piratas. Empecé a empilarme con esta música, luego un chero me proporcionó el DVD “Visions of the Beast”, el cual posee videoclips de toda su carrera. Después compré el “DVD Rock in Río”. Así transcurrió todo 2008 para mi, haciéndome cada vez más adicto a la música.
Luego, cuando vi en diciembre que visitaría Centroamérica, no podía creerlo. Me dije que no importaba a qué país fueran, pero no me lo iba a perder.
Estuve pendiente que confirmaran el país.
El show estuvo en riesgo
El público que espera el concierto de Iron Maiden en Costa Rica pasó momentos de zozobra la semana pasada. El Ministerio de Salud informó que faltaban trámites en sus dependencias —sobre la medición del sonido— para dar el aval al concierto. Finalmente, los organizadores lograron conseguir los permisos.
Los seguidores de Iron Maiden hacen fila desde el lunes 23 de febrero, nueve días antes del concierto.
Wilmer Merino
fama
Jóvenes entusiasmados por ver a Iron Maiden acamparon con más de una semana de anticipación frente a una de las entradas del estadio Alejandro Morera Soto, en Costa Rica, lugar en donde se llevará acabo el concierto el 3 de marzo. Desde las 8 de la mañana del lunes permanecen en ese lugar cantando y hablando sobre el grupo a la espera de que las puertas se abran. Su misión: ser los primeros en entrar para estar justo frente a la tarima y ver lo más cerca posible a sus ídolos musicales, Bruce Dickinson, Steve Harris, Dave Murray, Adrian Smith, Janick Gers, Nicko McBrain y a su ícono Eddie “the Head”.
Los fans llegaron provistos de agua, comida, bolsas y abrigos para aguantar la larga espera, el fuerte sol durante el día y el frío durante la noche. Algunos familiares están pendientes de su salud y en otros casos se turnan en la fila para poder salir a asearse en las casas de algunos vecinos que ofrecieron su ayuda.
También se las ingeniaron para llevar mantas alusivas a Maiden y a Eddie, las cuales muestran con orgullo.
marzo 8th, 2009 at 10:30
Esta bien todo lo del evento, pero ir a Costa Rica y que nos obligue a presentar pasaporte, creo que con aceptar eso, nos vemos menos, y no es así, acá las autoridades deberían exigir el pasaporte a todo tico para que entren a nuestro país….