“¿Por qué lo hicieron? ¿Cuál fue el daño que habían hecho? ¿Por qué debían morir? ¿Por qué todo esto sigue impune? ¿Dónde está la justicia? ¿A estos señores no les importa la vida? ¿Les hubiera gustado que les mataran a sus madres o a sus hijos?”, cuestionó el lunes pasado María Dorila Márquez, presidenta de la Asociación Promotora de Derechos Humanos de El Mozote y familiar de víctimas de la masacre de diciembre de 1981, durante el acto oficial del vigésimo aniversario de la firma de los Acuerdos de Paz.
Fernando Romero
Márquez, quien habló en nombre de las más de 900 víctimas de la masacre, la mitad de ellas niñas y niños, aseguró que las comunidades que fueron objeto de violaciones a los derechos humanos a inicios de la guerra de los años ochenta no guardan rencor contra quienes fueron los autores intelectuales y materiales de la masacre.
Sin embargo, reclamó al Estado salvadoreño porque el genocidio en el cantón El Mozote y aledaños continúa impune luego de más de 30 años. “Estos campesinos eran personas honestas, trabajaban mucho para mantener a sus familias y no se metían con nadie. Y los niños estaban esperando la Navidad para divertirse sencillamente. Pero en vez de recibir juguetes, recibieron balas. Por eso estamos pidiendo justicia y reparación”, dijo entre sollozos la mujer, que antecedió con su discurso al del presidente de la República, Mauricio Funes.
Márquez reiteró: “Nosotros no guardamos rencor ni odio para esas personas. Queremos perdonar, pero para perdonar tenemos que saber qué y a quién”.
Funes llamó al Órgano Judicial y a la Fiscalía a iniciar investigación sobre delitos de lesa humanidad como esta masacre.