Tras la vigilia y varias horas de lluvia nocturna, los fieles de Romero, que pasaron la noche al pie del monumento del Divino Salvador del Mundo, amanecieron este sábado bajo un cielo más despejado.

Irvin Alvarado

Cientos de seguidores de monseñor Óscar Arnulfo Romero, que desde ayer acamparon en la zona del Salvador del Mundo, amanecieron este sábado bajo un cielo más despejado, tras varias horas de desvelo y un clima dominado por la lluvia.

A pesar de las dificultades, no se han movido del lugar para garantizarse así una buena ubicación que les permita, sin problemas, ser testigos de la declaración del próximo beato, que se realizará en apenas unas horas (10:00 a.m.).

El café mañanero no puede faltar entre los asistentes; lo saben los vendedores ambulantes que van preparados con una generosa dotación de pan dulce y el agua caliente en sus mochilas térmicas.

Varios de los asistentes llevaron sus sábanas y suéteres para resguardarse del frío de la madrugada.

Muchos han hecho del pavimento su colchón, y de los separadores de las calles, sus asientos. Cualquier lugar que presente un poco de comodidad es bueno, con tal de estar ahí para presenciar el momento histórico.

Para tratar de hacer la espera lo menos incómoda posible, ya se pueden ver a esta hora de la mañana improvisadas instalaciones de sombrillas playeras, hieleras, tiendas de campaña, entre otros.

Con este panorama, la movilización de los fieles y el entusiasmo ya han comenzado a llenar las calles en los alrededores del templete a un par de horas de la ceremonia principal de la beatificación.

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