Iglesias católicas se unieron en misa de acción de gracias por beatificación de Monseñor Óscar Arnulfo Romero con oración especial que coincidió con la fiesta de Pentecostés.

Byron Sosa

Un día después de que el papa Francisco nombró beato a Óscar Arnulfo Romero, todas las iglesias católicas del país celebraron desde tempranas horas el día de Pentecostés y a su vez realizaron una misa de acción de gracias por la primera beatificación de un salvadoreño.

Durante un recorrido LA PRENSA GRÁFICA constató el júbilo de los católicos por ambas celebraciones, pero sobre todo porque 35 años después del asesinato de Romero el Vaticano lo reconoció como beato.

Los párrocos de las iglesias oraron con sus fieles al unísono: “Por todos los que sufren en el cuerpo y en el espíritu, por los que se sienten lejos de Dios y de la caridad de los hermanos, para que, por intercesión del beato Óscar Romero, experimenten en consuelo y el amor fraterno”. Además pidieron que interceda por la paz en El Salvador, en la sociedad, siendo dóciles al Espíritu Santo.

A la misa de las 7 de la mañana en la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, en Antiguo Cuscatlán, acompañaba junto a una figura de una llama (simbolizando el Pentecostés) la imagen del beato, que decía: “Conviértanse, reconcíliense, ámense…”.

El padre Vicente Fernández Vides dijo al iniciar la misa en La Ceiba de Guadalupe: “No podía tocarnos un mejor Pentecostés que la acción de gracias por la beatificación de Monseñor Óscar Romero, que la llegada de este Espíritu Santo nos anime a vivir nuestra fe como él (Romero) la vivió. Y que esta venida del Espíritu Santo sobre la Iglesia, en particular la peregrina en El Salvador, sea para nosotros junto a Monseñor Romero un nuevo camino de paz en la reconciliación, animados por la justicia”.

El párroco de La Ceiba, tras pedir un aplauso de los feligreses por la beatificación, hizo un llamado especial para aquellos que una vez dudaron del mensaje del ahora beato, para rectificar si habían pensado mal de Romero: “El señor lo ha puesto, la Iglesia lo ha puesto a la disposición de todos. Pídele perdón si dudaste, pídele perdón si un día estuviste en contra… Has tu papel de apertura al Espíritu Santo y que este actúe en ti”.

Los párrocos entrelazaron los dos momentos importantes que ha vivido la Iglesia este fin de semana.

En todas las iglesias, sin excepción alguna, se hizo una oración para pedir un favor por intercesión del beato Óscar Romero: ¡Oh! Dios, Padre misericordioso, que por mediación de Jesucristo y la intercesión de la Virgen María, Reina de Paz, y la acción del Espíritu Santo, concediste al Beato Óscar Arnulfo Romero la gracia de ser un Pastor ejemplar al servicio de la Iglesia; y en ella preferencialmente a los pobres y necesitados. Haz, Señor, que yo sepa también vivir conforme al Evangelio de tu hijo y dígnate glorificar a tu beato Óscar Romero y concédeme, por su intercesión, el favor que te pido… Así sea”.

El padre Julio Tobar, de la iglesia La Resurrección, exhortó a los parroquianos: “No tengamos miedo de que Dios pueda transformar nuestra vida, hacer de nosotros unas personas nuevas, porque a eso es lo que también nos invita esta celebración: a ser llenos del Espíritu Santo, de la santidad… De la santidad que colmó a Romero y a todos los santos en la Iglesia”.

Tal y como lo dijo el sábado el promotor de la beatificación de Monseñor ante el Vaticano, Vincenzo Paglia, que Romero ya es santo porque así está en el corazón del pueblo, ayer el padre Kelvin Romero, de la capilla de la Divina Providencia —donde fue asesinado— , dijo a los asistentes de la misa de 9 de la mañana: “Es momento que estemos contentos y alegres por este favor que la Iglesia nos ha hecho a nosotros en El Salvador: tener a esta persona que ya está prácticamente canonizada… A un paso de ser santo. Aunque para muchos de nosotros, y pienso que para la mayoría en nuestro país, es un santo… Lo único que falta es esperar que lo diga la Iglesia, hay que ser obedientes también”.

El párroco fundamentó su postura detallando que la santidad es hacer la voluntad de Dios, y Monseñor Romero lo entendió a la perfección: como pastor, como obispo, como encargado de la diócesis, como alguien que levantó su voz.

Sabedores los católicos que hoy tienen un mediador ante Dios, el padre de la capilla del Hospitalito de la Divina Providencia añadió: “Ahora que tenemos un beato que está camino a los altares, pidamos con fe a Monseñor Romero que interceda ante Jesucristo para que nos conceda la gracia por hacer la voluntad de nuestro Dios”.

Y justo el día de su beatificación, aproximadamente a las 10:30 de la mañana, cuando se develaba la figura que se utilizará en los altares, tuvo lugar un halo. Eso, para el padre José Manuel España, de la iglesia María Auxiliadora, tiene una explicación lógica.

“En la beatificación de Monseñor Romero se formó un halo (solar) y cualquiera diría ‘eso fue casualidad’, pero una persona con fe dice ‘es un signo de Dios, cosa de Dios’”, explicó España a los feligreses en la misa de las 11 de la mañana en Don Rúa.

Por eso es que el padre Fernández Vides hizo una petición especial: “Cuéntenselo a sus hijos, a sus nietos y bisnietos porque les podrán decir ‘yo estuve en esa fiesta, yo viví esa fiesta, yo vi esa fiesta’. Ahora tienes un motivo más para pedirle a Dios: tenés a Monseñor Romero Beato, invócale. Él fue un amigo de Dios, de los pobres, de los pecadores, y los invitó a la conversión”.

© 2015 Beatificación de Monseñor Romero.