Conferencia Episcopal sostiene alejar de manipulación la imagen del obispo mártir.
Flor Cañas
La Iglesia católica ve en la beatificación de Monseñor Óscar Arnulfo Romero Galdámez una oportunidad de cambio a la situación de violencia que se vive en el país. “Que su intercesión abra caminos a la reconciliación entre nosotros y nos ayude a vencer todas las formas de violencia para que se establezca entre nosotros el reino de la vida, de la justicia, de la verdad, del amor y de la paz”, se lee en el mensaje hecho público ayer por la Conferencia Episcopal de El Salvador (CEDES).
La beatificación de Óscar Arnulfo Romero, que está programada para el próximo sábado, ha creado interés en nacionales y extranjeros. La cripta donde descansan los restos de él y el Centro Histórico Monseñor Romero han sido visitados para realizar oraciones que destacan el interés de la población por el cese de la violencia.
“Ojalá que esos muchachos que tienen ese corazón de matar dejen de hacerlo”, fue la súplica que hizo Marina Reyes en el lugar donde se encuentra la tumba de Monseñor.
Las homilías de Romero reflejan la necesidad de paz que se ha tenido en El Salvador al pasar de los años. “Vivimos muy afuera de nosotros mismos. Son pocos los hombres que de veras entran dentro de sí y por eso hay tantos problemas”, sostenía Monseñor en la homilía del 10 de julio de 1977.
El documento también reitera la idea de alejar de toda manipulación la imagen del obispo y recordó las palabras de Juan Pablo II: “Romero es nuestro, es de la Iglesia, no permitamos que nos lo arrebaten”. Y es que la apropiación y rechazo por parte de distintas ideologías políticas llevó a crear dudas para aprobar la beatificación de Óscar Romero.
“La Congregación para la Doctrina de la Fe examinó la doctrina de Monseñor Romero, comprobó que era totalmente ortodoxa y que no fue contaminada por ninguna ideología”, dice el documento.
El templete en donde se llevará a cabo la ceremonia de beatificación, a la cual se espera que lleguen unas 250,000 personas, ya está terminado. Para resguardar la seguridad de la población se montará un dispositivo de seguridad que constará de 2,000 policías y 1,700 soldados en la zona donde se desarrollará el evento.