Óscar Arnulfo Romero fue declarado beato, el primero para El Salvador, en una multitudinaria ceremonia realizada en la plaza Salvador del Mundo.
Irvin Alvarado
Óscar Arnulfo Romero ha sido declarado nuevo beato de la iglesia católica tras 35 años de haber sido asesinado por su labor de denuncia en perjuicio de los más pobres.
La ceremonia de beatificación de Óscar Arnulfo Romero comenzó en el templete especial de la plaza Salvador del Mundo con la entrada de los religiosos invitados.
Cerca de 1,400 sacerdotes forman parte de los rituales especiales por la beatificación. Los religiosos se reunieron a tempranas horas en el seminario San José de la Montaña para llegar hasta el epicentro del acto.
Ahí se encuentran reunidos además el presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén y su esposa Margarita de Cerén, ministros de gobierno, representantes de delegaciones internacionales, presidentes de países de Latinoamérica, algunos diputados y alcaldes.
Las campanadas en la plaza indicaban el inicio de la ceremonia litúrgica, la cual llamaba a los miles de seguidores, tanto nacionales como internacionales, a incorporarse al acto.
El cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación de la Causa de los Santos, ingresó con un séquito de religiosos y varios escoltas al escenario desde el cual se celebraba la misa.
Luego de que el cardenal Amato diera la bienvenida e inicio del acto, Vincenzo Paglia, postulador de la causa, se encargó de leer una breve biografía de la vida y martirio del ahora beato.
«Romero sintió el amor del pueblo. Fue para su país e iglesia entera un pastor que defendió a los pobres», leyó el postulador.
Luego, Amato leyó una carta enviada por el papa Francisco para la ceremonia. Esta estaba escrita en latín por tratarse de un acto oficial de la iglesia. En resumen, esta facultaba a Óscar Arnulfo Romero ser un beato.
Inmediatamente, fue develada la nueva imagen que representa al beato, como parte del ritual litúrgico.
Sus reliquias, entre ellas la camisa ensangrentada que usaba al momento de su martirio, fueron presentadas y decoradas con motivo del ritual realizado.
Entre cánticos continúa el acto litúrgico de proclamación, presidido por el cardenal Amato.
Tras la lectura de los textos bíblicos, Amato destacó la labor del beato: “Su opción por los pobres no era ideológica, sino evangélica (…) Romero es otra estrella luminosísima que se enciende en el firmamento latinoamericano”, declaró el cardenal.
También fueron presentadas unas ofrendas que serán enviadas al papa Francisco como parte del agradecimiento de la nación. Un ramo de flores y un cuadro con el nuevo beato.
«Beato monseñor Romero, ruega por nosotros», así concluyó Amato su intervención sobre la vida del mártir.
Vea el acto de la beatificación de Óscar Arnulfo Romero en este enlace.