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Fecha: Ene 1 2012


Alma de Valdivieso, que el 15 de octubre de 1984 tenía 24 años de edad, dice hoy sentirse orgullosa de que La Palma sea “la cuna de los Acuerdos de Paz” pues ahí “se sembró la semilla que germinaría después”, en 1992.

De Valdivieso recuerda aquella fecha. “Un día antes empezaron a venir caravanas de vehículos, de personas, tanto extranjeras como de nuestro país. Venían algunos portando pañuelos, pancartas donde ellos pedían la paz, acá en La Palma”.

El inicio de aquel primer encuentro entre Gobierno y guerrilla, dice esta mujer casada y madre de tres hijos, estuvo marcado por la conducta mostrada por quienes llegaron para ser testigos de la histórica reunión: “Había fogatas. Muchas personas cantando música con la esperanza de la paz”.

El diálogo llevó la paz de forma efímera a La Palma, para ese entonces territorio donde las fuerzas rebeldes y militares acampaban. “La guerrilla dejó guardadas sus armas… vinieron algunos esperando ver qué pasaba. Igual que los militares. Hubo tregua”, rememora De Valdivieso que después observa: “Ese 15 de octubre de 1984 se siembra la esperanza de vivir nuevamente en paz en El Salvador”.

Aquella fecha es traída a mente por esta mujer testigo del encuentro. “La gente se veía con aquella ansiedad de lo que estaba pasando, de que talvez ahí se pondría punto final al conflicto”. El anhelo y el deseo del pueblo, empero, al final de la jornada no llegaron. “Todos pensábamos que se terminaría la guerra, pero realmente fue el inicio para que más tarde se firmaran los Acuerdos de Paz”, asevera De Valdivieso.

La Palma luego de aquella primera reunión también observó una relativa calma. “Después del 15 de octubre pasamos talvez unos 15 días en calma, luego comenzaron los ataques. Nosotros mientras estábamos en poder de la guerrilla, estábamos en poder de los militares. Así estábamos. Era una zozobra”, explica esta mujer que ahora es la directora de la Casa de la Cultura de La Palma.

De Valdivieso agradece, días antes del 20.º aniversario de los Acuerdos de Paz: “Bendito sea Dios que eso (el conflicto armado) ha terminado, aunque vivimos otro tipo de violencia”.