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Fecha: Ene 1 2012


Alfredo Linares ha sido toda su vida un pintor de la ciudad de La Palma. A sus 55 años de edad recuerda que aquel encuentro ocurrido el 15 de octubre de 1984 fue para los jóvenes una mezcla de esperanza e incertidumbre, ello porque al final de la reunión no hubo un acuerdo para poner fin al conflicto.

“Estaba algo esperanzador, pero no tanto, porque después continuó la guerra. La esperanza existía, pero quedaba la duda de que si en realidad iban a llegar a un acuerdo o no”, narra Linares a casi 28 años de aquel suceso mientras atiende su minisúper en una calle que atraviesa la ciudad ubicada 85 kilómetros al norte de la capital.

La esperanza para los habitantes de La Palma se justifica. “Ratos la guerrilla aquí, ratos el ejército. Se tomaban el pueblo tanto los unos como los otros. Fuimos víctimas de esos encuentros bélicos”, recuerda Linares, que dice: “(Ante esta situación bélica) la ilusión grande para nosotros era el diálogo, un inicio de que se iba a acabar la guerra”.

Este hombre, casado en plena guerra y padre de cinco hijos, describe lo vivido antes y durante el encuentro que llevó por primera vez al gobierno de José Napoleón Duarte a sentarse con la comandancia general del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).

“No cabía la gente en este pueblo. Se desmilitarizó toda la zona. Venían ellos caminando tranquilamente”, dice Linares para luego recordar lo experimentado aquel 15 de octubre de 1984 cuando asistió al parque central de La Palma a ser testigo de aquel acontecimiento que daba la vuelta al mundo también: “Aquí fue una gran actividad comercial. Jamás en el pueblo había habido una reunión de tanta multitud. Gente de todas partes del país viniendo a ver qué pasaba”.

Hoy, a 20 años de la firma de los Acuerdos de Paz, este hombre dice: “Nos sentimos orgullosos de que se haya seleccionado a La Palma como un lugar para iniciar ese proceso de diálogo que nos llevó a la paz”; sin embargo, que ahora se vive otra guerra. “Los efectos de la posguerra siguen manteniéndonos en este estado de violencia que vive el país: muertos, gente bélica, desintegración familiar, desempleo. No se ha logrado el objetivo de la paz”, reflexiona.